miércoles, 12 de noviembre de 2014

Las Ayudas Que En Realidad No Lo Son

Cuando veo a los adultos llevando a sus bebés caminar tirando de sus bracitos, me viene un sentimiento fortísimo de desesperación interna. Soy consciente de los riesgos que conlleva ese hábito, y no soy capaz de decírselo.
Es tremendamente violento que un desconocido se acerque, aún con las mejore intenciones, para "darte una mano" y termine haciéndote sentir obsoleto, poco idóneo o simplemente mal padre o madre.
¡Qué enorme contradicción ver un daño en curso y no poder actuar!

Muchos conocidos míos coinciden en describirme como una persona un poco exagerada. Coincido con ellos. Exagerada. ¿O Apasionada?Cuando hablo de daño en curso, tengo mis razones, y son varias. Algunas a corto plazo, otras a mediano y largo plazo.
Por ejemplo, en esta foto, esta niña parece disfrutar de la actividad y no hay aparentemente nada malo que pueda estar ocurriéndole. Sin embargo hay un detalle a mencionar. Ella está caminando gracias a una ayuda externa, a la que debe adaptarse. Y está creando un patrón corporal, ya que está caminando por primera vez.
Estar de pie, vertical, es posible gracias a haber podido lograr sostener todo el cuerpo por completo, con todos los ajustes del equilibrio que esto implica. Sin embargo, cuando el equilibrio se logra mediante una intervención, de alguna manera el esquema se altera. El niño ya no sabe estar solo. Ahora se ha vuelto reactivo. Espera la ayuda. Pide la mano. El adulto muchas veces se justifica "él me lo pide". Yo me pregunto quién se lo propuso primero.

En esta imagen, por ejemplo, se aprecia que la niña no sólo no está en un equilibrio armónico, sino que es evidente que no lo está disfrutando en absoluto.

 El adulto tampoco puede realmente pasarla demasiado bien: se lo ve obligado a estar inclinado, con evidentes exigencias antifisiológicas para su propia columna vertebral. Amén de no poder hacer otra cosa que llevar a la niña de las manos. (Adulto en modalidad anti manos libres.)
Imaginemos por un instante que el adulto se ha cansado de la situación y ha decidido soltar a la niña. ¿Qué ocurriría? Es claro que ella no quedaría en una situación muy satisfactoria. Ya nadie la sostiene. Ya no puede ni siquiera ejercer la resistencia enorme que se ve en la imagen. Una desregulación clara.

También es visible otra consecuencia adaptativa a la intervención del adulto: la posición de los brazos. Nadie camina así por la vida, con los brazos a la altura de los hombros. Es evidente que los niños que vemos en estas imágenes están siendo intervenidos por los adultos, y se generan en su esquema de postura y movimiento claras respuestas reactivas que los desvía de la construcción de un eje organizado, armónico y autónomo.
Otro riesgo es la posibilidad real de generar una luxación de la articulación del codo o del hombro. Los traumatólogos infantiles son los que insisten con evitar la práctica de levantar a los niños por los brazos. De ninguna manera los delicados bracitos infantiles están capacitados para sostener todo el peso corporal de un niño. ¡Y mucho menos colgando de ellos! Son articulaciones sumamente blandas que sobre todo hay que cuidar si exponerlas a exigencias tales como este tipo de hiperextensiones,

Ver y hacer esto todo el tiempo
 no lo convierte en saludable
¿Cómo es la experiencia
antigravitatoria de esta niña?
¿Qué noción de verticalidad está desarrollando?
Muchos se preguntarán qué ocurriría si el adulto no interviniera en el niño. Dudan de si éste realmente lograría ponerse de pie, y luego, caminar. Sin recibir jamás ayuda.
Y la respuesta es Sí. ¡Y mejor que nunca!
Un niño que gestiona sus propias posturas siempre elegirá la mejor. La más eficaz, la más cómoda, la más placentera.
Un niño que ha desarrollado su motricidad de manera autónoma difícilmente se ponga en riesgo, porque conoce bien sus propios límites.
Sabe hasta dónde. Cómo. Cuándo.
Tiene sentido de la fuerza propia, del cálculo y de la oportunidad.
Es un niño que conoce la autoregulación, desarrollada por su propia experiencia corporal. No tiene que satisfacer las expectativas de nadie. No necesita la aprobación de nadie (también me duelen los oídos cada vez que escucho "¡muy bien!!"). Sabe perfectamente lo que puede y lo que no, lo que quiere y lo que no, lo que va pudiendo y cómo. Administran constantemente su actividad.
Suelen ser niños sumamente entusiastas, satisfechos y en paz consigo mismos y con su entorno. Nadie les debe nada. Nigún adulto se cansa de llevarlo de los bracitos, porque sencillamente no lo hacen.
El adulto interactúa CON el niño, no actúa SOBRE el niño.

Un mundo de diferencia,
Antes de erguirse: el equilibrio comienza en cuclillas.












Primeros pasos mientras mamá mira.
                                     

Un equilibrio perfecto, armónico y eficaz: ella no debe
luchar contra nada. NI contra la gravedad ni contra las falsas ayudas.

















Después de leer mis reflexiones, ¿se entiende mi pasión?
¿Y mi torpeza, cuando no puedo evitar un comentario de suegra en la plaza?
Lo juro, ¡es con las mejores intenciones!


"Cualquier ayuda innecesaria es un obstáculo para el desarrollo verdadero."

 María Montessori.

lunes, 10 de febrero de 2014

Soplan vientos auspiciosos en el NOA

Parir y nacer en libertad. Jujuy, Líder de cambio.
Hace dos años estuve en la ciudad de San Salvador de Jujuy, casi de casualidad. Había ido en realidad a la ciudad de Salta a acompañar a una mujer en su tercer parto (en los dos anteriores también había sido su doula, pero habían sido en buenos Aires). El viaje y la incertidumbre de cuándo sería que ella pariría, me llevaron a disponer de dos semanas en el norte.
Los astros y la beba quisieron que mi acompañada pariera al día siguiente de mi llegada. Además de tener la oportunidad de acompañarla en el postparto durante dos semanas, también florecieron otras posibilidades. En Jujuy, a hora y media de bus, se armó un encuentro de crianza para madres, padres y bebés, para poder hablar de desarrollo infantil.
Qespikuy es un espacio conformado por valiemntes mujeres (Olga Chiabrabdo, Florencia Mallagray, Cecilia Ortega) que desde hace varios años difunden las buenas prácticas acordes con las leyes que amparan a las mujeres y los hombres a la hora de convertirse en padres. Qespikuy tiene la misión de crear una nueva conciencia femenina (y masculina) en las necesidades básicas y esenciales que las mujeres debemos satisfacer para convertirnos en madres sin obstaculizadores de nustro legítimo proceso. Entre otras actividades, convoca a grupos de embarazadas para brindarles los recursos que la fisiología provee (nada más efectivo, barato y placentero) en este milagroso ciclo vital.
 ¡La reunión fue un suceso! Un encuentro que debía haber durado 2 horas ¡duró 5! Vinieron familias desde todos los alrededores, incluso desde Bolivia.
Luego de tan exhaustivo encuentro, en donde todos querían aprovechar al máximo la posibilidad de evacuar dudas, se acercaron algunas familias a hablar de sus situaciones particulares.
Una pareja que se hallaba allí con su beba de 8 meses me pidió consulta por su hijo mayor, de 3 años.  La consulta era compleja, y finalmente fui a verlo a su casa.
Pablo (así lo llamaré) estaba tumbado en el piso con su mirada perdida. Luego comprobé que no era así, lo que ocurría era que no podía direccionar su cabeza. Babeaba de un lado, por la posición. Y tenía los dientes enfundados en coronas metálicas, porque al no regular la fuerza mandibular, se rompía los dientes en la fuerza de la mordida. Todas enormes distonías musculares, llamadas espasticidad, debido a las lesiones cerebrales por la falta de oxígeno en el nacimiento
Pablo nació con parálisis cerebral por mala (pésima) praxis del obstetra. Le colocó a la mujer en pleno expulsivo una dosis de prostaglandina que la partera sacó de su bolsillo (la mujer lo vio con sus propios ojos). Esta medicación le produjo una contracción tan descomunal que generó hipoxia en el niño (falta de oxígeno) demasiado intensa para lo que su cerebro podía tolerar.
Ese médico entregó a su madre un bebé vivo, pero nunca se enteró de las condiciones en las que hizo nacer a este niño.
Le pregunté si se lo había llevado, para que conociera el resultado de su trabajo. Silencio.
La consulta era sobre qué se podía hacer para ayudarlo, mientras lo sentaban (él no podía incorporarse solo, y lo tenían que sostener). Mientras lo iban verticalizando, observé como toda su musculatura se iba crispando como efecto de una postura no gobernada por él. Todos los reflejos activos se intensificaban.
 Sugerí dejarlo en el piso, y me respondieron que en el tratamiento kinesiológico (4 veces a la semana) lo sentaban todo el tiempo. “¡absurdo!, dije. Necesita primero inhibir la maraña de reflejos que tiene activados!
Otra vez silencio.
de repente, se me ocurrió la pregunta.  “¿y van muchos niños a tratamiento kinesiológico?
“está lleno”.
Y justo en ese momento en mi mente tuve un cuadro horroroso.
 Legiones de personas arruinadas de por vida por mala praxis en su nacimiento.
Y estas mismas personas, arruinadas luego, por mala praxis en sus tratamientos.
Y una provincia arruinada económicamente porque debe pagar de por vida a legiones de vidas “improductivas”.¡Ninguna situación tendría que haber existido!.
He conversado infinidad de veces con trabajadores de la salud. Siempre llegamos a la misma conclusión. Las prácticas arcaicas y defensivas se han adueñado del sentido común, y los resultados comienzan a ser catastróficos
¿Qué es esto? ¿Cómo se modifica?
Además de una política sanitaria enfocada en la fisiología, ¡la población necesita ayuda! Conciencia, conocimiento y ¡poder de elección y acción!
¡Doulas!, pensé. Jujuy necesita LEGIONES de Doulas, de mujeres que ayuden a otras mujeres para que no sean intervenidas innecesariamente en sus partos, para que no arruinen a sus hijos  por vida, para que ellas puedan decidir sobre sus cuerpos y sus hijos!

Hace dos años que tengo este pensamiento en mi cabeza. Esta enorme preocupación. Esta pena infinita por estos niños que están creciendo y cuya vida ha sido malograda por la incompetencia y la arrogancia institucional.
Qespikuy pensó lo mismo, y ha convocado una vez más al llamado, a la reunión, al poder femenino de la acción pacífica. La revolución tranquila, la del amor Y LA SABIDURÍA ANCESTRAL femenina.
Por algún lado hay que comenzar.
A nuestro alcance está el de las madres.
Doulas de Argentina (DAr), junto con Qespikuy Dar a Luz han organizado una capacitación para mujeres que desean desarrollarse como Doulas en Jujuy, en abril de este año.

Informes e Inscripcion: Libertad 1149 - Tel:155805816- 155046962
Correo: qespikuy@gmail.com 

Cinco encuentros, 34 horas en total, cinco días consecutivos. del 2 al 6 de abril de 2014 

2/04 de 8.30 a 18 hs.
3/04 de 8.30 a 18 hs
4/04 de 9 a 12.30 hs
5 /04 de 8.30 a 18 hs.
6/ 04 de 8.30 a 17 hs.