domingo, 22 de diciembre de 2013

EL NACIMIENTO Y LOS ORÍGENES DE LA VIOLENCIA, por Michel Odent

EL NACIMIENTO Y LOS ORÍGENES DE LA VIOLENCIA
Por Michel Odent
Cuando acudimos a la biografía de grandes figuras de la humanidad que comúnmente asociamos con el amor, como pueden ser Venus, Buda y Jesús, se nos presenta la manera en que tuvo lugar su nacimiento como una fase muy importante, como un momento crítico en el desarrollo de sus historias vitales. Por contra, la biografía de personajes famosos, políticos, escritores, artistas, científicos, gente del mundo de los negocios y sacerdotes suele comenzar describiendo detalles de la infancia y educación. ¿Podría indicar esta notable diferencia entre ellos que el nacimiento es un momento crucial en el desarrollo de nuestra capacidad de amar?

Las ciencias biológicas de los años 90 nos enseñan que es la primera hora que sigue al nacimiento la que conforma todo un período crítico en nuestro desarrollo de la capacidad de amar. Durante el proceso del nacimiento, segregamos una serie de hormonas que permanecen en los sistemas corporales tanto de la madre como del bebé justo después del nacimiento. Ambos, la madre y el bebé, se encuentran entonces en un equilibrio hormonal cuya duración tiene una naturaleza vital corta y que, además, no volverá a presentarse en el futuro. Si consideramos las funciones de estas hormonas y el tiempo que tardan en ser eliminadas por parte de nuestro organismo, entenderemos entonces que cada una de estas diferentes hormonas cumple exclusivamente un papel igualmente diferenciado en la interacción madre-bebé.

Son estas mismas hormonas las que funcionan en cualquiera de los aspectos relacionados con lo que conocemos como amor. Datos recientes que van aportando diferentes ramas de la literatura científica vienen a presentar, en esta línea, una nueva visión de la sexualidad. Existe una hormona del amor al igual que también contamos con un sistema de recompensa que opera cada vez que, como animales sexuales que somos, hacemos algo que es necesario para la supervivencia de la especie.

“La primera hora que sigue al nacimiento conforma todo un período crítico en nuestro desarrollo de la capacidad de amar.”

La oxitocina se encuentra en medio de cualquier aspecto relacionado con el amor. Primeramente es secretada por una primitiva estructura de nuestro cerebro llamada hipotálamo; posteriormente pasa a la glándula pituitaria posterior desde donde, bajo circunstancias específicas, es liberada repentinamente en el torrente sanguíneo. Hasta hace bien poco, venía sosteniéndose que la oxitocina era un tipo de hormona característica del sexo femenino cuyo único papel consistía en estimular las contracciones uterinas durante el trabajo de parto y el parto, así como las contracciones del pecho durante la lactancia. Hoy se sabe que la oxitocina es una hormona tanto femenina como masculina y que se encuentra presente en diferentes aspectos de la vida sexual.


Función de la oxitocina en la excitación sexual

Hace muy poco que ha salido a la luz la función de la oxitocina durante la excitación sexual y el orgasmo. Esto, tras innumerables experimentos con oxitocina en ratas y otros animales de laboratorio. Por ejemplo, cuando se inyecta la oxitócica a aves domésticas de corral y palomas, la mayoría, un minuto después de la inyección, empieza a moverse a ritmo de vals, a agarrarse unos a otros por las crestas y a montarse. Hace ya décadas que viene utilizándose la oxitocina con animales en cautividad con fines relacionales. Es ahora cuando contamos con estudios científicos que muestras los niveles de oxitócica durante el orgasmo en los humanos. El equipo [de investigación] de Mary Carmichael de la Universidad de Standord en California ha publicado un estudio en el que se tomaron medidas de los niveles de oxitocina entre hombres y mujeres durante la masturbación y orgasmo. Estas mediciones se realizaron por medio de muestras de sangre recogidas continuamente a través de un catéter fijo en la vena (1). Los niveles obtenidos antes del orgasmo, durante la estimulación, resultaron ser superiores entre las mujeres que entre los hombres. Ciertamente, ya eran superiores durante la segunda fase del ciclo menstrual en comparación con la primera fase. También las mujeres presentaban niveles significativamente superiores que los hombres durante el orgasmo; de la misma forma, las mujeres multiorgásmicas obtenían un pico más elevado durante el segundo orgasmo. En el orgasmo masculino, la oxitocina ayuda a inducir las contracciones de la próstata y las bolsas seminales. El efecto inmediato que conlleva la liberación de oxitocina durante el orgasmo femenino es el de inducir el tipo de contracciones uterinas que ayudan a trasportar el esperma hacia el óvulo. Existen datos de estos hechos datados ya en 1961 aportados por dos médicos americanos y obtenidos durante una operación ginecológica. Ocurrió cuando antes de realizar la incisión abdominal, fueron introducidas partículas de carbono en la vagina de la mujer, cerca del corvino, a la vez que le era administrada una inyección de oxitocina. Luego, encontraron partículas de carbono en las trompas de Falopio (2).

“La oxitocina es una hormona tanto femenina como masculina y se encuentra presente en diferentes aspectos de la vida sexual.”

Margaret Mead, tal y como han hecho muchos antropólogos, se percató de que, en muchas sociedades, el papel del orgasmo femenino había sido totalmente ignorado, considerando que no cumplía función biológica alguna (3). En el mismo estadio de desarrollo de las ciencias biológicas, Wilhelm Reich fue incapaz de relatar cuál era exactamente el papel del orgasmo femenino (4). Hoy en día, con los datos de los que disponemos, podemos mostrar una visión completamente nueva del orgasmo femenino.

La hormona del amor altruista

Sabemos que cierto nivel de oxitocina es necesario durane el proceso del nacimiento, y los obstetras han venido siendo conscientes de ello desde hace bastante tiempo. Sin embargo, no es hasta la actualidad cuando nos interesamos por la cantidad de oxitocina que es liberada justo después de que el bebé ha nacido. La importancia de este pico es especialmente relevante cuando lo ligamos a nuestro reciente conocimiento de que la oxitocina puede inducir a la conducta maternal. Cuando la inyectamos en el cerebro de una rata virgen o una rata macho, se vuelve maternal y comienza a cuidar a los cachorros. En el aso opuesto, si inyectamos un antagonista de la oxitocina directamente en le cerebro de las madres ratas justo después del parto, no prodigan una gran atención a sus crías. Puede decirse que uno de los mayores picos de secreción de la hormona del amor que acontece en la vida de una mujer se da justamente tras el nacimiento, siempre y cuando éste transcurra sin que medien hormonas de sustitución administradas a la madre durante el parto. Parece que el feto también libera oxitocina, lo cual contribuye al comienzo del trabajo de parto a la vez que puede configurar la propia capacidad del bebé para liberar la hormona del amor.

“La oxitocina está presente en la leche humana; es decir, el bebé que es amamantado absorbe cierta cantidad de la hormona del amor a través del tracto digestivo”

En este mismo sentido, estamos en estos momentos conociendo más acerca del papel de la oxitocina en la lactancia. Se ha comprobado el hecho de que cuando una madre oye una señal de su bebé con hambre, se produce un aumento en los niveles de oxitocina, por lo que podemos establecer un paralelismo entre la excitación sexual que comienza antes de que exista cualquier tipo de contacto físico. Tenemos entonces niveles igualmente elevados de oxitocina liberados por una madre en el momento en el que el bebé mama que durante un orgasmo, lo que constituye otro paralelismo entre estas dos situaciones en la vida sexual. Aún más, la oxitocina se encuentra presente en la leche humana. Dicho de otro modo, el bebé que es amamantado absorbe cierta cantidad de la hormona del amor a través del tracto digestivo. Y cuando nos encontramos compartiendo una comida con más personas, también incrementamos nuestros niveles de oxitocina. La única conclusión posible es que la oxitocina es una hormona altruista, una hormona del amor.

Así, cualquier episodio de la vida sexual se caracteriza por la liberación de una hormona altruista, y esto también se refiere a la liberación de sustancias morfina-like. Este tipo de endomorfinas actúan como hormonas de placer como analgésicos naturales. Durante al acto sexual se liberan niveles altos de endormorfinas, por lo que para personas que padecen de migraña, las relaciones sexuales se convierten en un remedio natural contra ese dolor de cabeza. Existe al respecto mucha documentación acerca del uso por parte del organismo de estas sustancias en diferentes tipos de animales.

“En las sociedades en las que la sexualidad genital está muy reprimida, las mujeres tienen una menor probabilidad de tener partos más fáciles, y a la inversa, la rutina hipercontroladora del proceso del nacimiento probablemente influye en otros aspectos de nuestra vida sexual”

Pongamos como ejemplo el caso de los hámster y las betaendorfinas, cuyos niveles en sangre aumentaron en 86 veces en ejemplares machos después de la quinta eyaculación en comparación con los animales del grupo de control. En esta misma línea se han realizado estudios en humanos que profundizan en el papel de la liberación en sangre de endorfinas durante el trabajo de parto y el parto. Como consecuencia de estos nuevos estudios, ha salido a la luz el tema del dolor y si éste es psicológico o resultado de condicionamientos culturales, asunto que ha formado parte del debate con argumentos que podemos situar en hace 40 años. Hoy por hoy damos por aceptado el concepto del dolor psicológico, aunque también existe un sistema de compensación cuya finalidad es regular el uso de sustancias opiáceas naturales por parte del organismo humano. Ése es sólo el comienzo de una larga serie de reacciones.

Por ejemplo, las betaendorfinas liberan prolactina, una hormona que le da el toque final a la maduración de los pulmones del bebé y que es igualmente necesaria para la secreción de la leche materna. También la oxitocina ayuda en este caso a la subida de la leche.

Este aparentemente simple hecho de liberación de endorfinas durante el proceso del nacimiento nos dice que en los 90 no podemos ya separar el estudio del dolor del estudio del placer, dado que el sistema que nos protege del dolor es el mismo que nos produce el placer. Durante el parto y nacimiento, el bebé libera sus propias endorfinas, de lo que se deduce que, en la hora siguiente al nacimiento, tenemos a una madre y a un bebé impregnados de opiáceos. Es entonces cuando se establece esa relación de apego o vínculo, ya que los opiáceos crean un estado de dependencia. De igual manera, cuando los individuos de la pareja sexual se encuentran uno junto al otro e impregnados de opiáceos, se crea otro tipo de dependencia muy similar a la relación de apego entre una madre y su bebé.

Teniendo en cuenta que la lactancia es necesaria para la supervivencia de los mamíferos, no sorprende advertir que existe un sistema interno de recompensa que anima a la madre a dar el pecho. Cuando una madre amamanta, en veinte minutos alcanza el nivel máximo de endorfinas; así, al bebé le ha recompensado la crianza desde que la leche humana contiene endorfinas. Éste es el motivo por el que algunos bebés se muestran como “elevados” después de mamar.

“Durante el acto sexual se liberan niveles altos de endomorfinas, por lo que para las persona que padecen de migraña, las relaciones sexuales se convierten en un remedio natural contra ese dolor de cabeza.”

Nuestros conocimientos acerca de las endorfinas es aún muy reciente. Hace sólo 20 años,Pert y Snyder publicaron un artículo histórico en la revista Science donde revelaban la existencia de células sensibles a la recepción de opiáceos en el tejido nervioso de los mamíferos. Entonces, si el sistema nervioso humano contiene células sensibles a los opiáceos, podríamos pensar que el cuerpo humano es capaz de producir alguna sustancia o sustancias muy similares a las que segrega el opio (5). En cuando se entiendan por completo estos datos científicos publicados, dispondremos de una nueva base de la que partir a la hora de afrontar temas como la relación entre el placer y el dolor, el comportamento masoquista y sádico, la filosofía del sufrimiento, el éxtasis religioso y los sustitutos de la satisfacción sexual, por citar sólo unos pocos temas a modo de ejemplo.

“Durante el parto y nacimiento, el bebé libera sus propias endorfinas, de lo que se deduce que, en la hora siguiente al nacimiento, tenemos a una madre y a un bebé impregnados en opiáceos”

Tanto la oxitocina, hormona del amor, como las endorfinas, hormona del placer, forman parte de un complejo equilibrio hormonal. Pongamos como ejemplo un caso de liberación de oxitocina de modo repentino. De acuerdo a un equilibrio hormonal, podemos dirigir la necesidad de amar en direcciones diferentes. En el caso de una madre con niveles altos de prolactina, ésta, en su trato con el bebé, tiende a concentrar su capacidad de amar hacia su bebé. Cuando los niveles de prolactina son bajos, como ocurre normalmente en los casos de madres que no dan el pecho, el amor es dirigido entonces hacia una pareja sexual, y es que la hormona necesaria para la secreción de la leche materna, la prolactina, disminuye el deseo sexual. Cuando un hombre tiene un tumor por el que segrega prolactina, el primer síntoma es la impotencia sexual. Los fármacos “antiprolactina” pueden ser inductores de sueños eróticos.

Adrenalina y contacto visual

Existen hormonas que inhiben ciertos episodios de la vida sexual, hormonas de la familia de la adrenalina que son liberadas cuando los mamíferos tienen miedo o sienten frío. Este tipo de hormonas, denominadas “de emergencia”, son las que nos proveen de la energía necesaria para protegernos en caso de lucha o de huida. En el caso de una hembra mamífero amenazada por un depredador potencial cuando ésta se encuentra pariendo, este tipo de adrenalina permite a la madre posponer el proceso del nacimiento, parándolo y retrasando ese momento con el fin de impulsar a la madre a luchar o huir del peligro. Es bien sabido por los ganaderos que el imposible ordeñar a una vaca asustada.

Ahora bien, los efectos de la adrenalina durante el proceso del nacimiento prueban ser más complejos en este caso. Ambos, la madre y el bebé, experimentan picos de adrenalina durante las últimísimas contracciones que preceden al nacimiento. Con ello se permite y facilita a la madre estar alerta cuando nace el bebé; además, para los mamíferos supone una ventaja añadida, ya que liberan energía suficiente para proteger al recién nacido. Otro de los efectos derivados de tal cantidad de adrenalina disponible en el organismo del feto es que, igualmente, éste entra en el nacimiento en estado de alerta, con los ojos bien abiertos y las pupilas dilatadas de ahí la fascinación de las madres por la mirada de sus criaturas recién nacidas. Aparentemente, este contacto visual representa para los humanos una piedra de toque fundamental en el comienzo de la relación madre-bebé. Hemos de destacar en este punto que las hormonas de la familia de la adrenalina, tan generalmente relacionas con la agresión, cumple un rol muy específico en la interacción madre-bebé durante la hora siguiente al nacimiento.

El cerebro primitivo

En los seres humanos, el principal órgano en funcionamiento durante cualquier actividad sexual es el cerebro. Las ciencias biológicas modernas ven el cerebro como una glándula primitiva que secreta hormonas, pero sólo las primitivas estructuras del cerebro y las que rodean al hipotálamo -aquéllas que compartimos hasta con los mamíferos más primitivos- están activas durante la relación, el nacimiento y la lactancia. Los humanos tenemos un neocórtex -estructura cerebral recientemente descubierta- que alberga al intelecto sobre y alrededor de la estructura cerebral primitiva. Cuando este cerebro racional es sobre estimulado, tiende a inhibir la acción del cerebro primitivo. Durante el proceso del nacimiento, hay una etapa en la que la mujer de parto le da la sensación de estar en otro planeta; para llegar a ese “otro planeta”, ha tenido que cambiar su nivel de conciencia reduciendo la actividad del neocórtex. Y contrario, durante el proceso del nacimiento y cualquier experiencia sexual, una estimulación del neocórtex tiene un efecto inhibitorio: una conversación lógica, sentirse observada, luces fuertes, etc. Hay pocas parejas que puedan hacer el amor si se sienten observadas o si sus neocórtex se encuentran estimulados por luces fuertes o pensamientos lógicos.

Resulta irónico que los mamíferos no humanos, cuyo neocórtex no está tan desarrollado como el nuestro, cuenten con una estrategia para dar a luz en privado. La sensación de seguridad es un requisito previo para mantener el estado de privacidad. Para uno sentirse seguro, antes debe de sentirse protegido. Recordemos que las primeras comadronas eran normalmente las madres de las mujeres que estaban dando a luz. Otras comadronas que sustituían a la figura materna debían ser, sobre todo, personas protectoras.

“Durante el proceso del nacimiento, hay una etapa en la que a la mujer de parto le da la sensación de estar en otro planeta; para llegar a ese “otro planeta”, ha tenido que cambiar su nivel de conciencia reduciendo la actividad del neocórtex”

Tratar la sexualidad como un todo supone tener en cuenta muchas implicaciones. En las sociedades en las que la sexualidad genital está muy reprimida, las mujeres tienen una menor probabilidad de tener partos más fáciles, y a la inversa, la rutina hipercontroladora del proceso del nacimiento probablemente influye en otros aspectos de nuestra vida sexual.

Es necesario un completo trabajo para estudiar estas correlaciones, las cuales están basadas en muchos textos antropológicos de la muy reciente y moderna etnología, como el trabajo de Malinowski The Sexual life of Savages (7) y los estudios de Margaret Mead. Nos encontramos con las mismas correlaciones cuando comparamos las últimas estadísticas relacionadas con el nacimiento del s. XX en los países de Europa: los nacimientos son más fáciles en Suecia que en Italia.

Por supuesto, amor y sexualidad no son sinónimos. Nadie puede definir el amor, ni nadie puede analizar con precisión los distintos tipos de amor. La última forma de amor entre los humanos debería de ser el amor a la Naturaleza, un gran respeto hacia la Madre Tierra. Durante la primera hora que sigue al nacimiento, el primer contacto del bebé con su madre es un período crítico en el desarrollo de la capacidad de respeto a la Naturaleza. Debe de existir algo en común entre la relación con la madre y la relación con la Madre Tierra. Debe de haber algunas, muy pocas, culturas en la que exista excusa alguna para interferir en el primer contacto entre madre y el bebé. En estas culturas, la necesidad de dar a luz en la intimidad siempre se ha respetado, culturas que se han desarrollado en sitios donde los humanos tenían que vivir sus vidas en armonía con el ecosistema, donde resultaba una ventaja desarrollar y mantener el respeto hacia la Madre Tierra.

Cuando el proceso del nacimiento se vea como un período de suma importancia en el desarrollo de la capacidad de amar, ocurrirá la revolución en nuestra visión de la violencia.
Para cambiar el mundo es preciso cambiar la forma de nacer. M. Odent

Publicado en la Revista Obstare nº 7, invierno 2002 (pp 46-50)
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lunes, 16 de diciembre de 2013

POR UN PARTO MÁS HUMANO. PARTOS: “DETENER EL FENÓMENO INTERVENCIONISTA”

Compartimos la nota que la periodista Julia Uccello les realizó, para la revista Rosario Express, a Daniel Crosta, director de la Maternidad Martin, y Gustavo Baccifava, jefe de obstetricia del Hospital Roque Saenz Peña. Una mirada médica sobre el parto humanizado en la salud pública y privada de Rosario, Argentina. Doulas de Rosario.

POR UN PARTO MÁS HUMANO
PARTOS: “DETENER EL FENÓMENO INTERVENCIONISTA”
Nos hemos olvidado de preguntarnos cuáles son las necesidades básicas de una mujer durante el trabajo de parto. Hemos tomado el camino equivocado. Lo mejor en este caso es regresar al principio y comenzar otro camino”, Michel Odent (obstetra especialista en investigación pre – y perinatal).

Las palabras “nacer” y “naturaleza” tienen la misma etimología, y sin embargo el parto es cada vez más intervenido por la medicina sin respetar los tiempos naturales. Año a año, los índices de cesáreas aumentan de manera exponencial, superando ampliamente la sugerencias del 10% (en casos excepcionales) de las que habla la Organización Mundial de la Salud (OMS). En Rosario la tendencia se hace evidente especialmente en los efectores privados, donde desde un 50% a un 70% de los partos se realizan por medio de intervenciones quirúrgicas.

El parto respetado es un derecho establecido en la ley 25.929 que dice, entre otros puntos, que se debe respetar la evolución normal o natural de un trabajo de parto. “No hay que tratar de intervenir o medicalizar un hecho absolutamente biológico si no existe una verdadera causa que lo justifique”, afirma Daniel Crosta, director de la Maternidad Martin. Él explica que esto se sabe, pero no siempre se hace o se dice, y relaciona las cusas con temores que manifiestan tanto los médicos como las embarazadas.

Al parecer, los tiempos fisiológicos de un parto son muy diferentes a los tiempos que se manejan en una institución médica o de aquellos que se imponen a nivel cultural, donde prima la ansiedad. El sistema falla, y como contrapartida, desde las maternidades públicas se alerta para detener el fenómeno intervencionista, haciendo hincapié en el acompañamiento, y aceptando los cada vez más frecuentes “planes de parto” que llegan a las maternidades en forma de documento escrito, con el propósito de que sean respetados los deseos de las madres y sus parejas de elegir.
Gustavo Baccifava, jefe de obstetricia de la maternidad del Hospital Roque Saenz Peña asegura que hay que iniciar acciones de forma urgente para revertir el modelo asistencial tecnocrático actual y optimizar la calidad de atención de madres y bebes: “Se requiere de una revisión profunda de las prácticas obstétricas actuales basadas - muchas veces - no en pruebas científicas, sino en viejas tradiciones hospitalarias y en sistemas de creencias”, opinó.

Si se tiene en cuenta que las cifras a nivel mundial dictan que las maternidades con menor intervención son aquellas con menor índice de morbimortalidad perinatal, la revisión de los sistemas sanatoriales se impone. En la Maternidad Martin son conscientes de ello, pero no hay una visión optimista de un futuro próximo: “Llegar a un cambio llevará mucho tiempo, porque no hay que convencer sólo a un actor, sino a todos los actores involucrados. Hay que convencer a los médicos de volver al parto natural para evitar un montón de complicaciones, pero también convencer a las propias mujeres de que la cuestión natural es mucho mejor para ellas y para sus bebés”, dijo Crosta.

EL PODER DEL OBSTETRA
Desde hace muchos años se ha ido configurando un paradigma del parto, en donde el poder se ha desplazado absolutamente hacia el médico, entregándoles una responsabilidad muy grande. La mujer ha perdido autonomía en el parto porque ya ha olvidado cómo es un parto normal sin intervención, y es por eso que existen temores insalvables que juegan como enemigos en la llegada del nacimiento. Gustavo Baccifava explica a Rosario Express esta tendencia, haciendo un llamado a la toma de conciencia por parte de toda la sociedad para cambiar el modelo actual.

¿Cómo explica el poder actual del medico obstetra?
Hace aproximadamente 200 años la mujer en parto se trasladó de los hogares a las instituciones de salud. Con el transcurso del tiempo un acontecimiento femenino, íntimo y familiar, se ha convertido en un procedimiento médico-quirúrgico. Intervenciones médicas que eran excepcionales se transformaron en rutinarias, con consecuentes efectos adversos tanto en la madre como en el bebé (O.M.S ,1998). Se ha despojado a la mujer del control de su propio parto.
Hay que restituirle el protagonismo a la mujer, ya que es ella la que posee la sabiduría innata para parir. El equipo de salud debe ser respetuoso del proceso fisiológico y limitarse a intervenir activamente sólo en aquellos pocos casos de nacimientos complicados. Se trata de relaciones de poder, donde el sistema médico consolida su autoridad provocándole miedo al parto a la mujer embarazada.

¿De qué se tratan los planes de parto que le acercan a la maternidad?
Es un resguardo frente a éste escenario de mujeres embarazadas y sus parejas que elaboran y presentan documentos denominados “Plan de Parto y Nacimiento” donde expresan sus preferencias, necesidades, deseos y expectativas respecto al proceso de parto. Procedente del mundo anglosajón, ésta fórmula permite a la mujer embarazada y su acompañante tomarse todo el tiempo que necesite y consultar diferentes fuentes para poder formarse una opinión y expresar sus preferencias en relación a la atención que desean recibir. Así se evita tener que hacerlo durante el parto, momento emocional y físico centrado en el proceso vivencial. Garantiza la comprensión del proceso y la participación activa de las mujeres, además de facilitar la relación y la tarea del equipo profesional. Suelen enviarse a los hospitales o clínicas en forma de carta. Lo importante es que las decisiones libres e informadas de las usuarias de los servicios han de respetarse independientemente de la forma y título que le demos.

¿Por qué habitualmente se induce el parto sin esperar los tiempos naturales?
Considero que se trata de un problema cultural y social. Actualmente se vive de manera vertiginosa, con ansiedad, y la mujer embarazada con su pareja no son ajenas a esto. Se observa frecuentemente que ante una consulta a las unidades obstétricas se “interna” precozmente a la mujer, aún sin encontrarse en franco trabajo de parto, produciéndose un efecto en cascada, con mayor cantidad de intervenciones médicas y efectos adversos (O.M.S). Por eso la sociedad, incluido el equipo de salud, deben comprender la importancia de respetar los “tiempos biológicos” del proceso de parto.

¿Puede afirmar que la mayoría de los obstetras no tienen noción de lo que es un parto espontáneo sin intervenciones?
Los médicos en su mayoría no tienen experiencia en haber asistido partos no intervenidos; los partos institucionales son muy diferentes a los partos fisiológicos.

¿Cuáles son los pasos que se siguen de rutina cuando una embarazada queda internada para tener su bebé?
Hay un mensaje simbólico en las Instituciones. Es común observar que la mujer es “ingresada” en silla de ruedas o camilla a los hospitales; en éste caso el mensaje es: “usted es incapacitada físicamente”. Luego se le coloca una bata hospitalaria (uniforme): “ud. es igual al resto”, se le acuesta en una cama y se la une al suero: “cordón umbilical” de la institución. En general se le prohíbe ingerir líquidos. Además no se le permite elegir libremente la posición en el proceso de parto. Luego se le gotea (muy frecuentemente) hormona sintética denominada oxitocina, y se le practica rotura de bolsa.
Ante ésta cascada de intervenciones y prohibiciones la mujer experimenta un dolor insoportable, mucho más allá del provocado por las contracciones naturales por lo que lógicamente solicita “a gritos” anestesia; se le practica habitualmente anestesia peridural; procedimiento que requiere habitualmente mayor uso de oxitocina sintética y mayor posibilidad de efectos adversos en el bebé (por hipotensión arterial materna y otras causas) y de parto instrumentado.

Entonces existe una clara relación entre la inducción al parto y la cesárea…
Sí. Todo proceso fisiológico que se interfiere innecesariamente, se dificulta, se entorpece y complica.

¿Por qué hay médicos que practican tantas cesáreas? ¿Cuáles son las consecuencias negativas que ésta acarrea?
La cesárea es cómoda y práctica para el médico. En las últimas décadas el sistema médico ha ido instalando en la sociedad la idea de que la mejor y más segura forma de nacer es por medio de operación cesárea. Producto de ello es que actualmente muchas mujeres y sus parejas solicitan cesárea a “la carta”. Dr. o Dra.: “deseo programar la cesárea para tal o cual día”. La cesárea es una operación de cirugía mayor que entraña de 5-10 veces más riesgos de complicaciones maternas y 2-4 veces más posibilidades de muerte materna que por parto vaginal. La operación cesárea es un recurso maravilloso, mal utilizada daña la salud.

¿Qué acciones se necesitan para empezar a plantear un cambio?
Es necesario e imprescindible para lograr un cambio sustancial en el escenario del nacimiento, que la comunidad tome conciencia de la realidad actual y sea protagonista principal de dicho cambio. Si las mujeres supieran de la inmensa fuerza que habita en ellas, cambiarían el escenario del nacimiento.

MÁS Y MÁS CESÁREAS
De acuerdo a la información brindada por los entrevistados, el incremento de las cesáreas comenzó a notarse desde hace más de una década, cuando empezó a verse muy influenciado el trabajo médico debido a los juicios por mala praxis aumentando el temor, no solamente en la conciencia del médico, sino también en la conciencia de las pacientes, al pensar que la cesárea era una solución para resolver dificultades en el parto.
Lo cierto es que la intervención quirúrgica es más frecuente que el parto natural en la salud privada y según Crosta, está íntimamente ligada con los tiempos del profesional: “Es más fácil para el médico programar una cesárea, sabiendo qué día y a qué hora va a nacer ese bebé, y no tener que esperar que se desencadene en forma natural un trabajo de parto, algo que puede tocar en cualquier momento y tardar muchas horas. En la parte pública eso no sucede porque nosotros trabajamos con planteles de médicos que están de guardia. Vos venís a esta institución a tener tu parto y te va a atender la guardia que corresponda a ese día”.

PARTO SIN AMOR
“El modelo asistencial vigente le ha robado el componente espiritual y emocional al nacimiento”, reveló Baccifava. Con el correr de los años hay mayores índices de inducción del parto, donde se utiliza la oxitocina sintética (una hormona que la mujer libera de forma natural), provocando las contracciones que actúan sobre el músculo del útero y desencadena el trabajo de parto.
Cuenta Crosta que con la droga sintética se intenta provocar en pocas horas lo que a veces, en forma natural, lleva días de evolución. “Por eso, cuando uno decide una inducción, tiene un alto porcentaje de fracaso y termina en cesárea. La decisión de acelerar los tiempos se debería aplicar a ciertas patologías (diabetes, o presión alta por ejemplo) para evitar posibles complicaciones, pero se aplica en pacientes con fecha probable de parto”. Además existen muchas pacientes que solicitan la realización de una cesárea electiva por el temor al parto: “En esto juegan un montón de cuestiones subjetivas que tienen que ver con que de chiquitas a las mujeres se les va inculcando ese temor del sufrimiento al parto, al dolor. Frases como “vas a ver lo que es un parto” configuran esta cuestión social y cultural que hace que muchas mujeres lo soliciten”, explicó Crosta.
La oxitocina liberada de forma natural causa las contracciones del útero y ayuda al desarrollo natural del instinto de protección y del cuidado del bebé después de su nacimiento. La liberación
de esta hormona requiere de ciertas condiciones de intimidad que la mujer persigue en el momento tan particular por el que atraviesa. En este sentido, la asistencia en instituciones dista mucho de poder lograr el respeto de esa necesidad, cuando, por ejemplo, se usan luces fuertes, no se logra silencio, se coloca a la mujer en posición de camilla o se le pregunta por cuestiones del orden de lo burocrático como la obra social, o el minuto de la última contracción, corriéndola del eje de su escenario. En suma, lo que perturba malogra la liberación de la hormona, interrumpiendo el curso natural del trabajo de parto y derivando en el uso de la hormona sintética.
El parto respetado propone un punto intermedio entre la necesidad de la mujer actual de ser asistida y monitoreada por equipo profesional y el acompañamiento de la cuestión natural de la que somos parte. Hay un reclamo insatisfecho que seguirá sonando si no se atienden las necesidades relacionadas con ese íntimo estado emocional. Hoy con toda la tecnología uno puede evitar una complicación, pero los entrevistados hacen visible la diferencia: “No debemos intervenir en todos lo partos sino estar preparados para detectar aquellos en los cuales haya una complicación o una patología que pueda afectar la salud de la madre o el niño”, concluyó Crosta.

RECUADRO
15000 nacimientos al año se contabilizan en Rosario
4750 promedio de partos al año en la Maternidad Martin
1800 promedio de partos al año en la Maternidad del Roque Saenz Peña
Un 25% son cesáreas en estas maternidades públicas
Los sanatorios privados realizan de un 50% a un 70% de cesáreas.
 

lunes, 15 de julio de 2013

El desarrollo de la Motricidad Autónoma. (Primera parte).

 
Esta nota se encuadra dentro del Paradigma Pikleriano .
La Motricidad Fina
Cuando surge el tema del desarrollo de la motricidad es interesante preguntarse qué entiende cada uno por ese término. Normalmente estamos muy pendientes de si nuestro bebé (o sobrino, o nieto, o hijo de amiga o de vecina) ya se da vuelta, ya se sienta, ya gatea, ya se pone de pie, ya camina, etc. Y si no lo hace, comenzamos a demostrar desilusión, motivada porque nuestras expectativas sobre lo que sabemos de un bebé no están siendo satisfechas. Esto ocurre porque solemos encandilarnos por lo más visible, el manejo global del cuerpo, el desplazamiento (la lista mencionada unas líneas más arriba), y dejamos de ver otro enorme universo que posibilita el  desarrollo de aquél mas visible, en el que nos hemos comúnmente enfocado.
Pues bien, el desarrollo de la motricidad gruesa es sólo una parte del desarrollo motor autónomo, ese patrón observable que describió impecablemente la Dra. Emmi Pikler cuando tuvo la oportunidad de observar miles de bebés que se criaban en el orfanato que ella dirigía (más de 4 mil niños fueron recibidos allí durante su periodo primal* y luego dados en adopción).

Para que la motricidad gruesa comience a mostrarse, primero deben ocurrir otros fenómenos, que al ignorarlos, corremos el riesgo de no promover su aparición espontánea y oportuna, como por ejemplo, la inhibición de los reflejos que trae un recién nacido, que le permiten sobrevivir en el momento del nacimiento y los días subsiguientes, pero que necesita comenzar a inhibir para poder desarrollar el movimiento voluntario.
Entonces la que aparece más visible y necesaria de desarrollar, para el buen observador, es la motricidad fina y la coordinación. (Emmi Pikler y sus seguidoras también escribieron mucho sobre esto, pero no es lo que popularmente ha trascendido más).

Imaginemos que tenemos la oportunidad de observar un bebé desde su nacimiento.
Durante todos los meses en los que un bebé permanece acostado boca arriba, ¡no está pasivo!
Está trabajando enormemente para lograr dejar de sacudirse. Está haciendo un tremendo esfuerzo para lograr mirarse la mano cuando él quiere, no cuando a ella (a la mano) se le ocurre. Está concentradísimo en descubrir que puede abrir y cerrar la mano las veces que quiere, con la intensidad que quiere. Dirige la mano hacia un lado y la sigue con la mirada. ¡Guau! ¡Estoy conectado!, confirma.

Repite este gesto muchas, cientos, miles de veces. Para asegurarse de que no fue por casualidad, por un movimiento errático, como todos los otros que venía teniendo. “¡Este lo domino yo!”
Imaginen si antes de lograr descubrir su mano, de lograr moverla a voluntad, alguien le separa los dedos a la fuerza y le coloca un elemento recreativo. El bebé no puede desprenderse de ese objeto. Sacude su brazo con desesperación y ¡nada!, “¡esa cosa sigue agarrándome!”

Es muy común que un bebé con un elemento al que no pudo tomar (ni soltar) termine llorando a los pocos minutos, o al menos poniéndose muy nervioso.
Es que a los padres se nos confunde “lo que vemos” con lo que quisiéramos ver. Y ¿por qué tanta ansiedad constatar que nuestro bebé (o el de la amiga, etc.) hace todo (toma los juguetes, se entretiene, se sienta, etc.) ¿Será que queremos comprobar que es sano, inteligente, independiente, bachiller, arquitecto? Seguramente nuestra mirada también está contaminada por nuestra propia crianza. Y las crianzas no han sido mayormente respetadas u orientadas hacia el punto de vista del niño, sino enfocadas en lo que el adulto espera del niño, o sea el punto de vista del adulto.

Sigamos con este bebé que venimos observando. Lo conocemos desde que nació, y en esos días lo vimos hecho un ovillito, todo plegado y reproduciendo la forma intrauterina.
¡Está redondo! Si lo llegáramos a sentar, por esas cuestiones de cegueras del adulto, ¡rodaría!

En cambio, hemos visto que su mamá lo tiene mucho en brazos (el apego emocional, tiene como hermoso beneficio mecánico la ayuda a inhibir los reflejos que traemos del nacimiento), y cada tanto lo apoya en una superficie plana y segura (una colchoneta de 2 cm de alto) en el piso. Y ¿qué comenzó a ocurrir? Adivinable… ¡comenzó a estirarse! Es como si sacara su cabeza, sus ojos, sus brazos y hasta sus piernas del moldecito, y quisiera llegar cada vez más lejos con cada uno de ellos. Detengámonos a observar su esfuerzo. ¿Qué necesita entonces este bebé? ¿Estar en una sillita, donde la cabeza le pesa y se le hunde entre los hombros? Una manera de chequear si hemos elegido la posición adecuada para el bebé, es mirar la expresión de su rostro. Mirar su expresión. Así tendremos un elemento más de evaluación acerca de nuestras acciones con él (y no sobre él).
Y resulta que, pasado un tiempo (nunca sabemos cuánto) este bebé descubrió sus manos. Se las mira, extasiado, una y otra vez, las abre, las cierra, constata que es él quien las acciona. Puede que entonces sí le interese tomar algo que esté  su alcance y se adapte a la forma y tamaño de su mano. ¿Qué podría ser? Un sonajero tiene una forma demasiado compleja, para que su manito pueda adaptarse. Además suelen ser de material duro, y puede golpearse a sí mismo. ¡Mejor, algo de tela! Un cuadradito de tela, un pañuelo de bellos colores y de tamaño pequeño como para poder manipularlo exitosamente.

¿Cuál es la gran importancia del desarrollo adecuado de la motricidad fina? Quizá la respuesta aflore luego de este planteo. Recuerde a alguien que quiso abrir un paquete de galletitas, o de caramelos, en donde había que manipular hábilmente la cinta abridora, o desplegar con cierta habilidad las capas de envoltura. No han de faltar en su memoria alguna persona (o usted mism@) perdiendo la paciencia sacudiendo el paquete o estrujándolo con el mágico deseo de que se abra por sí mismo. ¿Qué habilidades de motricidad fina ha ostentado esa persona? O un bebé más grande, que comienza a pararse y treparse, y necesita tomarse con éxito del mueble o elemento de ayuda. Si fracasa recurrentemente en el agarre (y termina cayéndose), podría sospecharse que su patrón de motricidad delicada no se forjó al máximo de su potencial.
La motricidad fina es la que permite la independencia de las sutilezas. Así como la motricidad gruesa, la de desplazamiento y postura, posibilita justamente dejar de depender de ser transportad@, la motricidad fina es la que permite a uno vestirse, manipular alimentos (como cocinar, pelar frutas, etc.), higienizarse, alimentarse. Ni qué hablar de la expresión artística como tocar un instrumento, pintar, etc.
Quizá a partir de esta reflexión aparecerían varias respuestas acerca del por qué de ciertas habilidades o por el contrario limitaciones con las que un adulto se encuentra en la actualidad.
Esperando haber sembrado semillas de observación y de paciencia hacia los bebés, me despido hasta el próximo artículo, en el que continuaremos con el desarrollo de estas ideas.

*Periodo que se extiende desde la gestación hasta el tercer cumpleaños aproximadamente. En este lapso se forjan los patrones de comportamiento, vinculares, afectivos y motrices que luego se desarrollan a lo largo de la vida de la persona.
 Melina Bronfman


Melina Bronfman es Musicoterapeuta, Terapeuta corporal (Eutonista) y Doula. Se capacitó en el Instituto Pikler Lóczy en 5 oportunidades accediendo a los módulos sobre educación y desarrollo 1 y 2, juego, límites sin violencia y enfoque familiar. Personalmente además descubrió que la metodología pedagógica coincide con lo conceptos que se intentan difundir: los participantes a los cursos suelen descubrir y ampliar su potencial, con mucho placer.

 

 

martes, 18 de junio de 2013

Jornadas Piklerianas para Familias Viernes 12 de Julio.

Jornadas Piklerianas para
 m(p)adres (asistiendo con sus hijos o no).

A cargo de Melina Bronfman 

 ¡¡En Buenos Aires!!





 
 Módulo 1 Esencial: el encuentro con el nuevo ser, sus necesidades imperiosas, el comienzo del desarrollo, ¿es necesario estimular?, la motricidad global, las interacciones y la reciprocidad.


 Módulo 2 sobre la Convivencia y la Cotidianeidad: las necesidades y deseos del niño y el encuadre de las acciones, el juego y los límites, ¿qué es la violencia?, la vida cotidiana y la cooperación mutua.
 

Fechas:
Módulo 1 para m(p)adres de bebés de 0 a 12 meses. viernes 12 de julio, de 15 a 17.
Módulo 2 para m(p)adres de 13 a 36 meses. viernes 12 de julio  de 17:30 a 19:30


valor para m(p)adres: $200 cada módulo.
valor de ambos módulos para padres: $ 350
los padres abonan lo mismo viniendo uno o ambos.
 

Inscripciones a melina@materpater.com.ar o al 15 5057 7654
cupos limitados.

 

jueves, 13 de junio de 2013

Madres que miran (a sus hijos y a los otros, y a sus madres).

Estos párrafos fueron extraídos de un blog cuyo eje convocador es el desarrollo autónomo, y las ideas de Emmi Pikler. Salvo errores de copy paste, he dejado todo como estuvo originalmente redactado. las mujeres me autorizaron a publicar sus comentarios.

Cada espacio responde a una nueva intervención. Gracias MADRES!

Les comparto una reflexión. Estoy en USA, como algunas saben, y no sé bien como es en Argentina ahora, pero les aseguro que no veo a ningún bebé en el piso, gateando, reptando, haciendo lo que sea pero libre...siempre están en los aparatos esos o en asientitos (ay!) o en cochecitos (no andando eh, sino detenidos, no sé cómo hacen, creo que hay mucho "entrenamiento" ahí), o aupa, o "contenidos" de alguna manera por un adulto...Fui a mis álbumes de fotos a mirar fotos de mis hijos de esa época (7, 8 meses) y andaban por todos lados! A su modo, gateando, pero subían y bajaban escaleras, andaban en los parques, en la casa. Tengo dos vecinas con bebés de esa edad, las madres las sientan en el pasto y ahí se quedan, sin protestar...Y también vengo notando que mis hijos se mueven mucho (jaja, no se rían, no sé bien cómo decirlo)....los observo en las situaciones de juego, se agachan, se levantan, van, vienen, cambian de postura, saltan, corren y veo que otros nenes son mas quietitos, se quedan sentados, o se quedan mucho tiempo en la misma posición. Y se me ocurrió relacionarlo con la pasividad de cuando están sentaditos en esos artefactos, quietitos y reprimidos. Recién webeando encontré un artículo sobre EP (Emmi Pikler) que dice básicamente que un niño cuyo movimiento es reprimido puede convertirse en un individuo malhumorado o pasivo. Si un niño está en una silla de bebé, no puede jugar por sí mismo. Si algo se le cae al piso no puede recuperarlo, y siempre dependerá de la madre o de su cuidador para rescatarlo. Deberá pedir ayuda en vez de aprender a resolver los problemas por sí mismo.“If a child is in a babyseat, he can’t play by himself...If something falls down, he can’t pick it up himself and comes to rely on the mother’s rescuing him. He has to ask for help rather than learn how to solve problems. A restricted or confined child will become passive or cranky.” A ustedes les pasa de notar estas diferencias o en Argentina todavía no están los bebés taaan reprimidos como acá?

mirá yo aquí voy a la plaza y me convertí en una terrible observadora. Las madres llegan con los cochecitos, los sacan de los coches y los sientan en la arena, le ponen pala en una mano y balde en frente y le agarran la mano junto con la pala para mostrarle cómo se carga el balde. Despues los levantan , los llevan al tobogan. Segun las madres hay quienes acompañan el movimiento y muestran que se rien, el bebé desconcertado ve que la madre se rie entonces es que debe ser divertido, se asusta un poco a la segunda pero se rie buscando a la madre cómo diciendo me rio, estas jugando conmigo me gusta lo que estás haciendo. Las más piolas dejan que el bebé suba la escalera, cuando llegan lo encajan directamente en el tobogan no vaya a ser que dispare para otro lado. En su versión más violenta cazan al bebé de meses y directamente lo tiran por el tobogán acostado pobre no se pueden ni levantar. Alguna que otra vez eh dicho lo asusta un poco. De ahi a la hamaca, de ahi a colgarlo de las barritas. A los mas grandes es, dale anda por ahí, pasa por acá, dale tirate, ahora colgate, veni que te hamaco. Yo observo en esos niños dos categorías: los atolondrados, que suben y bajan destartalados y se pegan cada porrazos que es un espanto ( cómo si hubieran pasado gran parte de su vida atado y los sueltan de repente) y los pasivos, los que ves vos. Los que los sientan y de ahi no mueven un pelo, que no se salen de la raya por más que tengan edad de experimentar más cosas. Son los que tranquilamente suben por la escalera y bajan por el tobogán, sin buscar otra opción. Yo creo que perdieron las ganas de experimentar con su cuerpo hace mucho.

Hola, yo soy maestra de música en jardines tradicionales. En las salas suele haber 2 tipos de niños, parecido a como dice Espacio Mitaí, unos "muy buenitos" (como los suelen nombrar), que son chicos que se quedan exactamente donde les pediste, por ejemplo, si estamos haciendo una ronda, los chicos se quedan ahí hasta que les digas que hagan otra cosa. Esto no está bueno para nada, yo los siento dormidos. Si la clase es un caos y cada uno está haciendo lo que quiere, ellos igual se quedan sentados sin hacer ni decir nada, es tremendo. Muchas veces uno como docente, confía en que ponés música y los chicos naturalmente bailan por ejemplo, pero estos niños no lo hacen a menos que se lo pidas. Y después están los otros niños (muchos diagnosticados con TGD), que no paran un minuto, que e tiran unos encima de otros CONSTANTEMENTE, como si tuvieran una fuerte necesidad de contacto físico. Y s aunque sean más grandes (2° grado por ejemplo) se arrastran en el piso en medio de la clase y demás. Lo cual visto en la práctica realmente parece forzado, como si les hubiera faltado esta etapa de chicos.

Observo exactamente lo mismo y también me asusta. Bebés que pasan horas contenidos en donde sea, sin posibilidad de moverse como si eso fuera normal, chicos más grandes descontrolados probablemente por la falta de movimiento previo, nenes de 1 año o 2 moviéndose como autómatas, muy torpemente... y lo veo a Valen que se largó a caminar hace unos días y se agacha y arrastra cosas y las saca y pone de estantes y cajones y las lleva de un lugar a otro con una motricidad que con el papá nos sorprende. Ayer nos animamos y lo dejamos caminar solo en la plaza (sigue sin usar zapatos) y caminaba de mi mano o solito y se agachaba y señalaba las plantas y agarraba piedritas. Lo más cómico, o triste según cómo lo veamos, es que los comentarios que escuchamos eran: ¡Qué inquieto que es ese bebé! cuando en realidad es un "deambulador nato", como si fuera normal que esté sentado concentrado un rato laaaargo en un objeto o situación. Escuchamos comentarios similares cuando era más bebé. Nosotros llegábamos a cualquier casa, buscábamos un rincón más o menos despejado, tirábamos una alfombrita y ahí lo dejábamos y él gateaba se arrastraba, se movía!!!! y todo el mundo se sorprendía por lo inquieto. No es inquieto!!! Es un bebé descubriendo su cuerpo y todo lo que puede hacer con él!

Los veo todo el tiempo. Me pasa cuando voy a un cumple y hay bebés o nenes de alrededor de un año que los tienen sentados en el cochecito, atados sin poder moverse, no los dejan ni tocar el piso para que no se ensucien o para no andar siguiéndolos. O cuando los sientan en el piso y quieren gatear, enseguida los levantan y los vuelven a sentar. Y me pasó el otro día que llevamos a Lucio a la plaza, una nena de su misma edad o un poco menos (tal vez 2 años y medio), que hablaba muy fluidamente pero que demostraba mucha "torpeza" (tampoco me gusta decir esto porque no es culpa de ella), la mamá no la dejaba subirse sola a los juegos (y eso que era una especie de juego integrado, con trepador, hamaca y tobogán, al que se podía subir por una rampa o por una escalera bastante sencilla), se subió con ella y después ninguna de las dos se animaba a tirarse por el tobogán (la nena quería pero la mamá no la dejaba que lo hiciera sola, pero tampoco se animaba a bajar para esperarla cuando bajara). Otra cosa que dificulta el movimiento es que a veces no se viste a los nenes "para jugar", usan ropa incómoda, bastante apretada en el caso de las nenas, borcegos o botitas con plataforma que son bastante pesados, o bien están tan abrigados que no se pueden mover...

voy a decir algo que hay que tomarlo muy en pinzas xq no suele ser siempre así pero en su mayoría lo es, lo hable con una profesora quien me lo dijo y ds de observar note q es cierto! quienes mas sin saberlo ponen en practica el método pikler muchas veces es la gente mas humilde y carente de recursos asi como tbn la lactancia, esos niños muchas veces tienen una lactancia prolongada ya que las madres no tienen recursos para la leche de formula y no hay otra por ello dan de mamar, lo mismo pasa con la libertad motriz los dejan en el piso, los niños juegan con todo a su alrededor, tierra, objetos y demás.... por lo contrario las madres muy adineradas son las primeras en comprar todo lo que salga a la moda en artículos para bebes y por ello limitan muchísimo su libertad motriz ya que siempre los tienen o en un coche o jumper o lo q sea rodeado de objetos que para ellos muchas veces no es apto, ni hablar de la lactancia, formula desde recién nacidos por estar en la sociedad muchas veces esto de la formula es mejor q el pecho no?? lastimosamente pasa por condiciones económicas y no por conocimiento... si todos supieran los beneficios las cosas serian distintas... fui a muchos lugares con las practicas y lo note, hay maternales en donde con un año les enseñan cocina!!!! esas madres creen que por ser mas caros son mejores, y por el contrario un niño de 1 año debería estar en pleno periodo de juego y exploración no cocinando, mientras q en los seos del estado donde tienen prioridad los padres de pocos recursos para dejar a sus hijos que inclusive reciben alimentos allí, hay colchonetas, bloques, y los típicos juegos de patio... son mas ricas las experiencias que tengo de esos lugares en cuanto a libertad motriz sin dudas!

Es así Yaniii, aunque no se puede generalizar. Sin ir más lejos, en mi familia aún causa espanto que mi bb de 13 meses tome el pecho y ayer lo llevo a la verdulería y la verdulera, que es boliviana, me dice: ¿toma teta todavía no? Qué bien! Va a ser fuerte, sano e inteligente. Comentario vanguardista y rompe-estructuras si pienso en las opiniones que me rodean. Salí feliz y con varios souvernires verduleros (cebolla colorada, mandarina y tomate... todo en tamaño mini)

Chicas, gracias por compartir sus observaciones, muy interesantes todas. Ahora que tengo hijos "Pikler" ya egresados, jaja (bueno, la primera mas o menos, la "ayudamos" a sentarse :( pero vivia en el piso y tuvo un gateo muy largo también y camino sin "estimulo"), veo las diferencias y realmente me doy cuenta de que la libertad de movimiento es un concepto mucho mas profundo, no? Lo que decis Yanii es interesante y estoy de acuerdo. Mis amigas miraban medio asqueadas a Micael cuando gateaba por todas partes, jaja, que para algo existen el agua y el jabón, muchachas, no paniqueen! Y mi suegra nos ofrecio mil veces comprarnos esos artefactos...Lei bastante sobre el tema de la lactancia y el los artefactos que reemplazan el cuerpo de la madre como símbolo de estatus...Me angustia ver a bebes que en la epoca de "100 por ciento fusión" estaban tan felices y satisfechos y ahora están contenidos, quietitos...es como han perdido algo de su brillo. :(

Vivo lo que cuentan a diario, en el parque, soy la única que da la teta, todas las demas madres (o mayormente niñeras) llevan esos biberones gigantes que no puedo creer como un bebe puede tomar 200 litros de leche de vaca cuando de la teta salen chorritos pequeños... las madres que van al parque tienen tacos, y pantalones tipo de traje, están con el celular a full, y con bolsas de ir de shopping... así que imaginense que dar la teta, hacer upa, o agacharse a jugar a los baldecitos es impensable... se escuchan todo tipo de cosas horribles: "noo, upa noo, upa es para bebes vos ya sos grande, mirá esa nena grande como camina" (el bebe de 2 años o menos, llorando y diciendo mamá upa), "te vas a caer, te vas a caer, viste! te caíste! te lo dije", "mejor vamos a la hamaca así no te ensucias, ahí te vas a ensuciar, no, la arena no la podes pisar, no te podes sacar los zapatos" (es más el otro día vi una niña de unos 2 años y medio con zapatos de charol rojos rígidos, no podía mover el pie, que le quedaban un talle grandeeee!!! no podía hacer casi nada, estaba mas ocupada en que no se le cayera el zapato que otra cosa)...
Incluso a veces los niños mas grandes tipo 6 o 7 años, repiten lo que les dijeron sus padres cuando ven un bebe mas libre, por ej "no puede subir el tobogán por ahí" (me dicen a mi) yo le pregunto "por qué no?" "porque no se puede, porque se va a caer", yo le respondo "no creo que se caiga, si ella creyera que se va a caer no se subiría, y si se cae, podemos hacerle unos mimos, y esperar a ver si quiere volver a intentarlo no?" ... cara de poker!...
La peor hora es cuando salen todos del jardin o colegio... a donde fueron a "educarse" y salen mas "maleducados" que nunca... todos gritando a full, corriendo sin mirar si van a chocar a alguien, queriendo patear o pegar o hacer cualquier cosa... Acá en Argentina está tremendooo el tema!
Yo sería feliz en un parque pikler, en un pelotero pikler o en un grupo de crianza y juego libre pikler jajaja
Y no iría más a los otros lugares, donde Abi suele terminar llorando
.

Justo q estab hablando de este tema. Saben q ayer una vecina con una nena de un año y meses, cuenta q la nena se cae mucho cuando camina. Desde q tiene 4 meses intente contarle de Pikler, q no le pusiera zapatos y menos los armatostes q le ponia. La beba vivia de la silla mecedora al cochecito. Cuando fue "el momento" la sentaba y la hacia caminar de los brazos cuando la nena solo arrastraba los pies. Ni bien empezó a gatear ya era hora de caminar asiq no le permitían gatear y le compraron un salta salta. A todo esto invierno y verano con zapatillas. Yo llego un momento q me llame a silencio, no hay peor ciego q el q no quiere ver. Hoy anda consultando pediatras, kinesiologos y traumatólogos porq la nena se cae a cada rato.

me quede pensando en tu post, hoy fui a la plaza y veía un abuelo "ayudando" a su nieta a subir una escalera movediza, le agarraba la pierna y la levantaba del brazo como si fuera una paralitica, que feo. vi tantos niños de año y medio acarreados por sus padres por los brazos al lema de "vamos a jugar en el tobogan, vamos al sube y baja, vamos a la hamaca" ufffffffffff y mi hijo comiendo arena =P . mi hijita estaba jugando con botellas de plastico que recicle al estilo balde y pala =P.

sin comentar las frustraciones de "tenes que compartir" todos llorando y quejandose... que ansiedad

Hoy tuvimos una experiencia similar con Valen. Fuimos por primera vez a la arena y quiso trepar por la escalera de un juego de madera. Mientras yo subía atrás de él y él avanzaba en 4 patas (seguimos sin zapatos), una nena de la misma edad era literalmente arrastrad por la madre a que subiera la misma escalera en forma "normal". La tomaba de los pies y se los ponía en el esccalón correspondiente y la retaba cuando pretendía ayudarse con las manos. A todo esto, la pobre nena estaba calzada con unas zapatillas de cuero rígidas con una especie de plataforma por lo que no tenía mucha sensación de lo que estaba pisando. Me sentí muy mal por esa nena y también por esa mamá que no se permitía disfrutarla. Como dijo Melina Bronfman , desnaturalización total.
¿qué duro, no? ¿qué piensan?
             

domingo, 12 de mayo de 2013

¿Qué es el enfoque Pikleriano?


Crianza

¿Qué es el enfoque Pikleriano?

La respuesta a esta pregunta abre otras preguntas. ¿Se trata de un abordaje corporal del niño? ¿De una propuesta de crianza? ¿Se enfoca en el desarrollo motriz? ¿En el desarrollo emocional? ¿Educativo?

Podríamos comenzar por saber qué quiere decir “Pikleriano”.  Emmi Pikler fue una pediatra que se desempeñó en Hungría en el siglo pasado como médica familiar, hasta que comenzó a dirigir un orfanato. En la Hungría de la posguerra aparecieron cientos, miles de bebés de los que en muchos casos poco, o nada se sabía. Padres muertos en la guerra, hijos de enfermos de tuberculosis que preferían abandonarlos antes que someterlos al proceso cruel de su enfermedad. Esto fue una tragedia muy común en la posguerra y se abrieron muchísimos orfanatos en toda Europa. A diferencia de otras instituciones  de Europa del este de la posguerra, E.P. definió como una calidad de excelencia para la atención de los niños, la posibilidad de desarrollar en los niños el apego, aunque fuera un “apego institucional”.
Ella pautó que los bebés recibieran de manera imprescindible una atención privilegiada basada en la calidad del vínculo. Quizá una cuidadora se podría dedicar a cada niño sólo sesenta minutos de todo su turno de 8 hs con los 8 niños que cuidaba. Pero ese momento de exclusividad era de una calidad extraordinaria en la atención que el niño recibiría. Esto implicaba higienizarlo (o alimentarlo) con mucho cuidado, llevando a cabo las cuidadoras los movimientos diseñados por E.P. (casi como una coreografía) para que cada niño supiera siempre por dónde comenzaban a tocarlo, y de esta manera, él podía prepararse y participar activamente del momento. Esta atención exclusiva ponía énfasis en el niño y no en la cuidadora: “cómo te ha crecido el pelo”, “¡vaya, cómo estás jugando!”, “te gusta esta camisa, ¿verdad?” son ejemplos de comentarios que enriquecen el intercambio corporal entre cuidadora y bebé. El niño luego volvía al espacio de juegos lleno de esa experiencia y de referencias personales que le servían para construir un registro profundo y certero de su existencia, a pesar de no tener mamá.

 ¿Y cómo pasaban los niños el resto del día? En un espacio de juego, término que para los educadores clásicos debe ser traducido o reinterpretado. El espacio de juego no es un espacio de recreación, aunque para el adulto distraído eso parezca.

 El juego es en realidad, el trabajo del niño. No es lo que los adultos llamamos cómunmente juego, un “como si”. Para ellos jugar, ES. Y ese espacio de experimentación sólo puede ser realmente aprovechado cuando el niño, además de tener sus necesidades de supervivencia satisfechas, tiene también las emocionales y vinculares. En la casa cuna de la calle Lóczy los niños se la pasaban experimentando. Y ¡vaya si lo hacían! E.P. constató a través de múltiples observaciones (que más tarde devinieron en investigaciones de carácter único) que los niños desarrollaban su motricidad de manera personal, en una evolución constante y exquisita, en donde cada logro “corporal” era sólo la cara visible de la construcción del ser en su totalidad. Un niño que conoce muy bien dónde está, con quién, que no tiene ninguna preocupación, que es feliz, por el solo hecho de existir, que no siente que debe complacer a nadie, ni “portarse” de determinada manera, no tiene distracciones de su verdadero trabajo y sólo se ocupa de desarrollar su potencial al máximo.

PIkleriano significa entonces un gran conocimiento por parte del adulto de las etapas de desarrollo de un niño durante el periodo primal, en todos sus planos: emocionales, físico-fisiológicos, cognitivos. Y a su vez un enorme respeto por el desarrollo progresivo y personal, y el interés que cada niño manifiesta durante el mismo.

Pikleriano implica brindar un espacio en donde esto pueda ocurrir, sin obstaculizadores de ninguna clase. Ni en la vestimenta, ni en los elementos, muebles, juguetes (ni siquiera la vajilla), ni el entorno lumínico-sonoro.

Representa un adulto entendiendo el punto de vista del niño, un adulto que no procura obtener un resultado, sino que se enfoca en el interés y capacidades del niño y en su “aquí y ahora”.

Pikleriano a su vez no es dejar al niño hacer lo que desee mientras uno sea amable con él. También incluye la visión que el adulto tiene del niño. Brindar un encuadre de acción y de intercambio con pares  en donde desarrollar el potencial al máximo no signifique transitar caminos riesgosos, lastimarse o lastimar a otros.  La anticipación ante situaciones potencialmente peligrosas, y la asistencia al niño cuando las atraviesa (por ejemplo cuando aprende a subir y bajar las escaleras) sin interrumpirlo pero tampoco exponiéndolo a riesgos evitables.

Es orientar el potencial, no limitarlo.

Emmi Pikler pedía expresamente que no se hablara de “método”. Justamente porque “método” insinúa una serie de pasos que deben seguirse para obtener un resultado, muchas veces torciendo o desvirtuando la naturaleza de aquello que es “metodizado”.

En este caso es todo lo contrario: los resultados son en realidad pautas de observación de un proceso natural y fisiológico, que ocurre gracias a la maduración cerebral más las condiciones adecuadas (emocionales, vinculares, espaciales, etc.) para que esto ocurra.

Además de todo lo descripto, falta señalar un último detalle, que quizá debería ser el primero:

El placer, estado de alegría, interés e iniciativa con el que se ve a los niños simplemente vivir. Descubrir el mundo, regodearse en el desarrollo de sus propias destrezas por el simple placer de constatar lo que es un logro propio, con mérito auténtico de haberlo hecho uno mismo.

El placer es compartido por el adulto: porque éste ve el resultado de su trabajo en el rostro y competencias aumentadas del niño.

Es como si fueran socios: el adulto dice “yo estoy contigo mientras tú haces lo que necesitas y puedes para desarrollarte”. Y el niño dice “yo estoy muy tranquilo si me siento acompañado y al mismo tiempo nadie me exige nada y puedo dedicarle el tiempo que necesite para entender cómo funciono”. Y ambos se dicen “gracias, te felicito” al unísono.

Melina Bronfman es Musicoterapeuta, Terapeuta corporal (Eutonista) y Doula. Se capacitó en el Instituto Pikler Lóczy en 5 oportunidades accediendo a los módulos sobre educación y desarrollo 1 y 2, juego, límites sin violencia y enfoque familiar. Personalmente además descubrió que la metodología pedagógica coincide con lo conceptos que se intentan difundir: los participantes a los cursos suelen descubrir y ampliar su potencial. Con mucho placer.

 

jueves, 28 de febrero de 2013

"La socialización primaria y la prevención de la violencia a la luz de los trabajos de Emmi Pikler"

Disertación a cargo de Bernard Golse, Pediatra, psiquiatra y psicoanalista francés.
Jueves 25 de abril, 18:30 hs. Se solicita puntualidad e inscripción previa.
El Dr. Golse es  Jefe del servicio de psiquiatría infanto- juvenil Hospital Necker-Enfants  Malades de París, Miembro de la Asociación Psicoanalítica de Paris, Profesor de la Universidad René Descartes, Presidente de la Asociación Pikler-Lóczy de Francia, ex presidente de la WAIMH Francia.
Lugar. “Espacio de Movimiento” Roberto Nuñez 4394
(Alt. Avda. Corrientes y Pringles) C.A.B.A                                       Tel./Fax: 4862-6051
Para inscribirte envía un e mail a:  f-ari@fibertel.com.ar
Bono contribución: $ 50 (se abona en la sede).