domingo, 16 de julio de 2017

El Esquizofrénico y Kafkiano Sistema de Enfermedad MAL Llamado de "Salud"

Imaginemos que acabas de mudarte a un barrio, supones que las reglas de convivencia son las mismas que tu barrio anterior: sacas la basura a las 20 hs, levantas la caca de tu perro, limpias la vereda temprano por la mañana para no mojar a los peatones. Todas cosas lógicas con las que acuerdas inmediatamente, porque nos convienen a todos. Sin embargo en este barrio nuevo, sacas la basura a las 20 y te encuentras con un inspector que no te permite hacerlo, y te indica hacerlo por la mañana. Sales a la mañana con tu basura y todos los vecinos te dicen que no, que la hora es por la tarde, así esquivas al inspector loco (todos coinciden en que no está en sus cabales y no entienden cómo está en ese puesto) y no dejas la basura maloliente en el tacho generando caldo de cultivo. Sacas la basura a la tarde, ya con cansancio, porque tuviste que ocuparte en 3 oportunidades de la basura, y te encuentras con que el recipiente está bloqueado hasta nuevo aviso.
Pronto te das cuenta que cada una de las reglas, que esperas cumplir con sencillez, se vuelve una odisea y con los pocos días que llevas viviendo allí, ya caminas desconfiando de todos los transeúntes, a ver si vendrán a criticarte, buscas aliarte con alguno que te haya mostrado cierta afinidad, y lo que menos te ocurre es que puedas disfrutar de tu nueva casa y todo lo que habías soñado para esta etapa.
Enloquecedor, ¿verdad?

en el mejor de los casos sucede esto
Esto mismo ocurre cuando acudimos a un centro “de salud” a, por ejemplo, dar a luz.
Tenemos la expectativa de ser atendidas, respetadas y cuidadas con los más altos estándares de salud, el sistema se supone que está para ello.




o esto



cuando deberia ocurrir esto
Pero sin embargo, no más poner un pie, la persona desaparece como tal y pasa a ser un número en la cinta de procesamiento de un parto/cesárea/nacimiento.

La mujer y bebés sanos perderán derecho a su intimidad, a sus elecciones, y sobre todo a sus experiencias legítimas confirmantes de la salud emocional y física, como son el encuentro inmediato, la permanencia del contacto físico ininterrumpido, el inicio de la lactancia fisiológica y del apego primario como experiencia sagrada de cada persona recién nacida.





No sólo esto ocurre dentro de las instituciones. Luego vendrás 3 días de internación en donde nadie puede descansar nunca. Apenas la  mamá recién parida puede conciliar el sueño, o su bebé, alguien le prende la luz. Cada exactamente 2 horas, sin importar el momento, a limpiar el suelo, a limpiar el baño, a cambiar las toallas, a traer comida a llevarse la comida, a medir los signos vitales del bebé, a medir los signos vitales de la mamá, a ofrecer servicios estéticos extras de la institución (colocación de joyas en las orejas de las niñas, rapado de cabeza de ambos sexos). 

Y en varias ocasiones a llevarse al bebé para realizarle intervenciones sin la presencia de sus padres (cosa que aterroriza mucho a los bebés y los hace ganadores de un biberón pirata, dado sin consentimiento, para dormirlo y que no moleste al personal) que podrá actuar a sus anchas y con el tiempo que deseen (a veces se ven filas de 5,6 cunitas con bebés adentro, llorando por sus madres, o peor, dormidos por la fuerza con este método).

Las puericultoras entran cada 4 horas e indican exactamente lo contrario una tras otra. Las enfermeras hacen lo mismo, aunque no es su función, pero o bien son mujeres y son madres, o bien ya llevan muchos años en ese ámbito y consideran pertinente su intervención verbal. Recordar que entre las indicaciones más comunes está la de dejar al bebe durmiendo en la cunita, evitar el contacto físico permanente y dar de mamar cada 3 horas 15 minutos de cada lado (TODAVÍA HOY SE ESCUCHA ESTO EN LAS INSTITUCIONES DE SALUD y es uno de los motivos que me llevó a escribir el artículo).


A todo esto deben sumarse: los malabarismos que está realizando la díada para encontrarse, conocerse y establecer un ritmo de regulación que asegure la supervivencia de ambos, más las visitas que quieren conocer al nuevo ser e interrumpen inintencionadamente pero interrumpen al fin, aún más esta necesidad
La joven madre (y su compañero/a) viven estas desregularidades, en primera persona. Respiran aliviados cuando pueden irse a su casa y ser libres de hacer lo que les plazca, dormir sin interrupciones, comer lo que necesiten y a la hora que puedan
Tengo la presunción de que a nadie le gusta ser recordado por su falta de idoneidad, por sus deficiencias, por sus inconsistencias y por sus incoherencias.
 


Sin embargo, el sistema de salud alardea de todas ellas.
Las/os usuarios padecen cada una de ellas, y estos errores son vociferados a vos en grito e muchos ámbitos. Familiares, amigos, redes sociales, notas periodísticas.




Cuales son los errores principales? 
1) Desconocer la fisiología, porque es desconocer la salud. Desconocer las necesidades imprescindibles y básicas que deben respetarse en el momento del parto (o cesárea) y del encuentro INMEDIATO de la madre y bebé sanos.

2) Priorizar la organización de la institución, instrumentada de acuerdo a la economía de recursos (tiempo y espacio) en lugar de ofrecer experiencias enfocadas en la salud de la díada como eje.

3)Falta de consistencia y coherencia en la formación del personal. Cada uno llega con sus experiencias y no se verifican, ni las mismas, ni las actualizaciones. Ni están claros los roles.

4) ¡Falta de chequeo con el cliente! Aunque se vaya totalmente disconforme, a nadie le importa. Igual están colapsados de clientes. Hoy en día cualquier experiencia requiere de una encuesta para verificar si el cliente se ha sentido bien atendido. En la experiencia más transcendental de nuestra vida, convertirnos en madres o padres, o más aún NACER, a nadie le importa cómo nos fue, cuanto antes nos saquen de encima, mejor, porque vienen más y más (el síndrome de la cama caliente hospitalaria).

¿Ocasionan daños a la salud? ¡Mejor, más clientes!
A veces se tiene la impresión de que a nadie le importa que el sistema haga todo tan mal. Ni las advertencias de la OMS (que recomiendan un 15 % de cesáreas como máximo, y un 85% de partos, cuando en el sistema privado los números están invertidos).
Ya que se menciona, es importante destacar que estas experiencias ocurren en ambos sistemas, tanto público como privado, en diferentes proporciones y por diferentes motivos.
En el público y en el privado: el personal de salud está colapsado. Hacen guardias de 24 hs. Nadie está en condiciones de llevar a cabo ninguna maniobra exitosa, ni siquiera colar fideos, si no ha descansado adecuadamente. *Estuve como doula en un parto en Finlandia, en el año 2011. El sistema de salud allí es 100% público y 100% fisiologista. Las guardias del personal duran 8 hs. Hay más rotaciones, pero están siempre “frescos” y actúan con idoneidad. Son consistentes entre sí, nunca observé ni una sola contradicción entre ellos. Tampoco existe dejar “la guardia limpia” es decir ser leal con el sistema, sino con la parturienta. Deben asegurarse buenos estándares de salud a inmediato, mediano y largo plazo. El parto duró 2 días y la mujer y el bebé recibieron una atención cuyos estándares de salud fueron altísimos en todos sus aspectos.


En el sistema privado, supuestamente esto no es problema, aunque sí lo es: ya no dan abasto, no hay camas, la población de enfermos supera ampliamente la oferta, los usuarios no tienen acceso a los servicios que pagan puntualmente todos los meses. Las cesáreas, en su enorme mayoría se programan y agendan, a veces desde la primera consulta con el obstetra y sin mediar diagnóstico real (normalmente se combinan el miedo de la embarazada y la agenda ($$) del obstetra. Sé de algunos que por ejemplo los jueves son para las cesáreas. Tampoco interesa si la fecha elegida corresponde realmente con la fecha real aproximada del nacimiento del bebé. Si sale prematuro, hay toda una aparatología que lo pondrá en condiciones (facturando por supuesto, a la prepaga los días de internación).
Tienen todo listo para arreglar lo que desarreglan, mientras no se les salgan demasiado las cosas de lugar. También se ven bebés internados en neo sin motivo aparente, y cuando llegan los que realmente necesitan del lugar, los desalojan (por conveniencia de la institución) de un minuto al otro, y los padres pasan del susto por tener a su hijo en riesgo, a la alegría porque ya está bien, al desconcierto porque comienzan a preguntarse si las razones por las que su bebé estaba internado eran tan válidas realmente.
En el sistema público: Las cesáreas sí son programadas y secundarias a un diagnóstico veraz, o bien luego de un trabajo de parto fallido (que en ese caso sí habría que revisar si las experiencias fueron favorecedoras u obstaculizadoras de la fisiología). Dejar la “guardia limpia” puede ser el motivo por el que se genera la mayor parte de las lesiones perpetradas a las parturientas y recién nacidos, hemorragias uterinas por maniobras de kristeller, goteos con oxitocina sintética feroces dilataciones manuales, fórceps, parálisis braquiales, etc. Esto también ocurre en el sistema privado. No para dejar lña guardia limpia, sino el quirófano. No se puede esperar más de x tiempo, otros equipos y parturientas necesitan de las (pocas) instalaciones de la institución.
Las usuarias (volvamos al ejemplo de dar a luz). Muchas veces huyen deliberadamente del sistema , prefiriendo un parto en casa para evitar ser sometidas, ellas y sus bebés a las cascadas de intervenciones que con seguridad llevarán a una separación innecesaria, intervención de la “hora sagrada”, una segura Herida Primal
la hora sagrada, contacto
ININTERRUMPIDO desde el nacimiento
una obstaculización del inicio de la lactancia que probablemente la lleve a un destete involuntario dentro de los primeros meses de vida, con la consecuente dependencia de tener que comprar la fórmula, depender de tener acceso a agua potable, esterilización de biberones, o los riesgos de no poder acceder a los protocolos de alimentación artificial de su bebé con las consecuentes diarreas, infecciones y demás enfermedades  contra las que la lactancia fisiológica de por sí protege. Si es que se salvó de las lesiones descriptas más arriba.
En el inmediato y mediano plazo, la pérdida de la experiencia fisiológica puede significar una ganancia en dinero para los fabricantes de fórmulas lácteas y sus propulsores (pediatras asociados a las firmas, por ejemplo. Hace poro una amiga que trabaja en una empresa de viajes me contó que vio un pasaje de un pediatra pagado por un laboratorio elaborador de estas fórmulas).
La fisiología es gratis, nadie te la puede vender. Pero te la pueden robar y vender una imitación, falsa y carísima, que te hará dependiente de por vida de más y más intervenciones, porque lo que se interrumpió al principio, que debería dar lugar a nuevos procesos, desconfiguran los mecanismos fisiológicos de desarrollo, se produce una desviación de la salud
y se necesitan cada vez más de emparches y emparches de la salud perdida, bombardeada y bastardeada.
En el largo plazo, ¿quién gana con todo esto?
Nadie. Si vamos a una clínica privada, veremos las caras desencajadas de todo el personal que trabaja allí. ¿Ganan bien? Sospecho que ni siquiera ¿A qué costo? Mucho más alto de lo que cobran.
¿Nuestra salud? Pésima! ¿La atención? ¡Peor!
¿Los niños? Enfermos. ¿Quién se hace cargo?

Crii crii
(Perdemos todos.)

(Reitero, a nadie le gusta ser recordado por lo inepto, torpe, falto de idoneidad, etc. al personal de salud TAMPOCO, ¡todos están haciendo lo que se les enseño que era correcto!, arruinando la fisiología de una díada tras otra).



La solución: tomar al toro por las astas, redefinir los estándares y protocolos de atención, actualización de todo el personal de salud, informar a las/os usuarios de sus derechos, y sobre todo de las necesidades fisiológicas para no dejarse embaucar (nunca más) por propuestas inaceptables que desordenan el desarrollo de la persona desde el mismo principio de la vida.

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