Por Melina Bronfman
Jamás en mi vida creí que escribiría este artículo. ¿Ayudar a dar el biberón??
Vade retro, Satanás!
Por lo tanto decidí no
hacerlo. No escribiré un artículo sobre cómo dar el biberón, sino, para
entender las razones por las que el bebé lo rechaza. Y cómo ayudarlo a
alimentarse.
Una alegría que me da la
necesidad de escribir esta nota es que antes las mujeres sólo pedían
ayuda para amamantar. Nunca había sucedido que sus bebés no conocieran el
biberón. Más del 80 % se alimentaba así después del segundo mes de vida. Las
tendencias se están revirtiendo, gracias al acceso a la información y a los
círculos de madres en los que las mismas
mujeres se identifican con su enorme potencial de amamantadoras, con el
el placer de poder tranquilizar a sus hijos del hambre, del sueño, del dolor y
de un sinfín de necesidades fisiológicas
con sólo ”pelar”.
Eso, antes no sucedía,
no, no, no.
Antes todas las mujeres
sabían dar biberón y solo unas pocas eran las raras que daban teta.
Afortunadamente se pusieron de moda la salud y el placer que brinda la
fisiología, y más mujeres se entregan a lactancias exclusivas sin hacerse ya
las preguntas de “¿estará bien así”? “¿no estará tomando demasiado seguido?” o
“¿será que se queda con hambre?”. YA SABEN cómo funciona la fisiología y la ejercen.
Estas mismas madres
entusiastas, pasan días y meses amamantando y extrayéndose leche para tener en
stock para cuando deban reincorporarse al trabajo.
El freezer se va llenando de
bolsitas y frasquitos. El bebé va cumpliendo meses. Y así llega el día, no de
volver a trabajar, pero si de la prueba piloto.
El bebé aún se alimenta solo de
leche, pero cuando la familia quiso hacer la prueba de alimentar con biberón,
el bebé lo ha rechazado, llorando, cerrando la boca y no ha tragado ni una sola
gota.
Las madres ven derrumbarse su mundo cuando
deben reincorporarse al trabajo y no encuentran la manera en que el bebé acepte
el biberón.
Consultan desesperadas,
angustiadas. Sus bebés toman con tanta frecuencia el pecho, ¿cómo va a estar
tantas horas sin ingerir NADA? ¡No pueden dejarlo así!
La pregunta es ¿Por qué
los bebés rechazan con tanta frecuencia el biberón? ¿Acaso una generación atrás
no tomaban casi todos ellos de esas botellas?
Este es el punto
principal: hemos naturalizado tanto los biberones que creemos que para los
niños es natural que les acerquen un biberón y abrir la boca. Pero no, no
tenemos impreso en los genes ni el uso del chupete ni el uso del biberón.
Pero esto es lo que
sucede desde el punto de vista del bebé. ¡Toda su vida tomó teta! Él conoce que
está relacionado a tomar del cuerpo de su mamá. Su olor. El gesto de levantarse
la ropa, La aproximación mutua. El hociqueo que debe hacer hasta encontrar el
pezón y succionar “estilo teta” para obtener su leche. Y de repente la mamá o
el papá (o cualquier adulto) un día, y con todas las intenciones de entrar en
tu boca aparece con un material sólido que se parece más bien a un misil.
¡Lo lógico es que el bebé
lo rechace!
Entonces, ¿cómo hacer?
Si el bebé ha de usar
biberón (hay otros recursos que veremos más adelante), primero debe verlo,
tocarlo, reconocerlo, chuparlo (no necesariamente de la tetina), y descubrirlo
por sí mismo.
Cuando se le presenta el
objeto, se le debe explicar “esto es para darte leche cuando yo no esté para
darte la teta y necesites comer”. “Te la va a dar XXXX”. A continuación podrías
mostrarle cómo se usa, por donde sale el líquido (mostrárselo con un poco de
agua en su interior puede funcionar). Luego beber de allí o darle a alguien a
beber de allí, para que LA IMITACIÓN, gran recurso de aprendizaje, habilite la
acción. “Si mi mamá o mi papá se lo meten en la boca no es riesgoso”. La
curiosidad hará el resto.
Quiero subrayar con esto
que los bebés necesitan de muchas anticipaciones para cualquier cosa que les
sucederá. No es bueno para ellos ser colocados en el lugar de alguien que tiene
que sacar una conclusión, o conjeturar. Necesitan SABER qué ocurrirá, y en todo
caso, CONSTATAR con la información que se le ha dado, si lo que ocurre es lo
que ya se le había avisado.
También está el punto de
que la madre, secretamente (o a voz en cuello) lamente que aparezca la tetina
entre el bebé y ella, por el temor de que confunda la succión del bebé y así
arruine la lactancia a mediano y largo plazo. Pues no será así. SI el bebé toma
la teta, el vínculo creado entre ambos es único y un biberón mientras ella no esté, NO va a
arruinarlo. En este caso tanto bebé como mamá deben saber que el biberón sólo
aparece en ausencia de la mamá.
Pero el biberón no es la
única manera de administrar leche a un bebé. Puede ser a través de un vasito, o
bien una cucharita. He visto a una madre usar la típica cremera o salsera de
las vajillas elegantes, dándole al bebé del piquito de beber.
Pero TODO debe ser
relatado, mostrado, permitido de conocer y reconocer, y luego administrado,
cuando el niño sólo necesita chequear.
Alimentarse es un acto de a dos. En el inicio, el adulto alimenta directamente al niño, y luego, el adulto prepara los alimentos y los comparte con el niño. Por lo tanto, NUNCA, el bebé debería habituarse a tomar el biberón SOLO, cosa que muchos adultos festejan como signo de independencia del bebé.
Lo que todos debemos saber, tanto madres que den biberón, como adultos que estén a cargo de los cuidados del bebé, es que todo puede florecer en el territorio de la CONFIANZA, y , más que nunca en el momento de alimentarse, el vínculo entre ambos, de entrega mutua, debe estar presente.
Nota: para quienes tienen miedo de el biberón confunda la succión del bebé, existe una manera "fisiológica" de dar el biberón, llamado método Kassing, he aquí los puntos básicos extraídos de este link
Este método recrea las condiciones
más parecidas al pecho, en cuanto a esfuerzo, estimulación y enganche se
refiere. Ayuda a preparar al bebé para la vuelta al pecho.
Nos hace falta:
|