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lunes, 4 de abril de 2016

La Suegra Buena Onda y la Suegra Infumable. Por Melina Bronfman (Futura suegra) Pd, aplica a la propia madre.





Cuando las mujeres nos convertimos en madres, muchas veces ingresamos sin saber en la carrera de desafíos más increíble, interminable y estresante de nuestra vida. Eso solemos sentir, sobre todo los primeros meses, en los que recién conocemos un bebé, que además es recién nacido (fragilidad total, llanto  desgarrador, nosotras re verdes en el tema, etc.). Convengamos: es la peor combinación! Porque si te toca bebé inexperto (hace poco que es bebé) y mamá experta, todo bien. O bebé experto, y mamá inexperta (podría ser cuando una amiga se ofrece a cuidarnos nuestro retoño para que por ejemplo hagamos un trámite ineludible), el bebé la pasa mal, pero la amiga si le pone onda enseguida entiende sus mensajes. El niño ya sabe lo que necesita, sabe comunicarlo insistentemente hasta obtener la satisfacción que necesita.
Pero con bebé inexperto y mamá inexperta, se ha formado una pareja del caos, y del que se sale únicamente con 1, información válida, 2, tiempo y 3, confianza.Este dúo, del que el papá en principio es un espectador, muchas veces proactivo (porque sabe qué necesitan su hija/o y su compañera, y lo provee) y muchas otras pasivo o reactivo (porque no sabe qué cornos hacer, recordar el ítem *información válida). Muchas otras no es siquiera un espectador, porque ya tuvo que reincorporarse al trabajo, y entonces se deben poner en marcha los mecanismos de ayuda logística para ese dúo.

Durante el periodo de aprendizaje la joven madre necesita ayuda para sobrevivir. comer, dormir, vestirse, ir al baño pasan a ser acciones que no siempre logra llevar a cabo del todo exitosamente, y para colmo, el no lograr hacerlo, puede convertirla ser blanco de críticas por parte de quienes la rodean.
Nadie duda de que quizás (y muy desacertadamente) lo hagan con la mejor de las intenciones (¿existe la  persona que quiera ser "mala algo"? ( mala madre, mala amiga, mal padre, mal jefe, etc). Esto no quita que la joven madre se sienta terrible, se entristezca o se violente ya sea contra su entorno, o a veces lamentablemente contra su propio bebé, porque es "quien la está poniendo en esta encrucijada".

 Abuela materna, abuela paterna. Tías. Amigas. Personal contratado. Todas deben estar al servicio de la madre, porque estamos ante la necesidad de cumplimiento de la Ley Nr 1 del puerperio.

Ley nr 1 del puerperio: Una madre reciente necesita que alguien se ocupe de ella para que ella pueda ocuparse de su bebé. La comida, la limpieza básica de la casa, las compras, la ropa. No se hacen solas, son casi imprescindibles para la cotidianeidad. Alguien tiene que hacerlo o al menos ayudar.
Las que suelen responder con más frecuencia, porque además son protagonistas secundarias o de reparto del evento, son las madres y las suegras. De paso, quieren estar con su nieto nieta. A veces es al revés. Como excusa para estar con su nieto o nieta, van a la casa de su hijo o hija diciendo que van a dar una mano. No importa. Lo que importa es lo que ocurre de verdad.


LA SUEGRA BUENA ONDA
LA SUEGRA INFUMABLE
AYUDA EN TODO LO QUE PUEDE
COMENTA O CRITICA TODO LO QUE HACES
PLANCHA LA ROPA
QUIERE TENER AL BEBÉ PARA QUE PLANCHES
TE LLEVA COMIDA, Y LAVA LOS PLATOS Y ORDENA LA COCINA
SE COME TU COMIDA Y TE DEJA LOS PLATOS SUCIOS
TE LLEVA COMIDA QUE PODÉS COMER
LLEVA O PIDE PIZZA, EMPANADAS O FACTURAS CON MUCHO DULCE DE LECHE Y CREMA PASTELERA
CUANDO TU BEBÉ LLORA SE QUEDA EN UN RINCÓN, EN SILENCIO,ESPERANDO EVENTUALES INSTRUCCIONES O PEDIDOS
CUANDO TU BEBÉ LLORA, TE PREGUNTA SI TU LECHE DE VERDAD SERÁ BUENA PARA ÉL, SI NO SERÁ MUCHA O POCA, Y CUESTIONA TODAS TUS ACCIONES.
SE SOLIDARIZA CON VOS, TE CUENTA CÓMO LO VIVIÓ ELLA
DESCONOCE LO QUE TE OCURRE, NIEGA TUS EMOCIONES
HABLA POCO Y HACE MUCHO
HABLA MUCHO Y NO HACE NADA
PIDE PERMISO PARA TOMAR AL BEBÉ
TE LO ARRANCA DE LOS BRAZOS
TE PREGUNTA CÓMO LO TOMÁS, CAMBIÁS, IMITA TUS MOVIMIENTOS PARA QUE TU BEBÉ NO SUFRA EL CAMBIO DE MANOS
PROCURA IMPONER LO QUE ELLA SABE Y NO LE INTERESA APRENDER. COMO TU BEBÉ SUELE LLORAR APENAS LO TOMA, TE LO DEVUELVE COMENTANDO QUE “LO ESTÁS HACIENDO MUY MAMERO”
LLEGA A TU CASA EN PUNTILLAS DE PIE, SI TU BEBÉ DUERME TE AYUDA CON ALGÚN QUEHACER PENDIENTE (QUE SIEMPRE HAY MILES)
LLEGA A TU CASA CON ESTRUENDOS DE PAQUETES, BOLSAS Y REGALOS. SI TU BEBÉ ESTÁ DURMIENDO LO DESPIERTA “ACCIDENTALMENTE”, Y COMO LLORA Y SOLO SE CALMA CON TETA TE CRITICA POR HACERLO MUY “MAMERO”
TE HACE SENTIR QUE HACES LAS COSAS BIEN. SU PRESENCIA TE ALIVIA.
TE HACE SENTIR QUE SOS MALA MADRE. SU PRESENCIA TE FRUSTRA Y ESTRESA.

Se supone que es el momento más trascendental de nuestra vida. Pero en vez de vivirlo bien, muchas familias se distancian, intercambian críticas veladas o explícitas. Algunos dejan de hablarse. Los abuelos se ofenden. ¿Por qué sucede esto? Por las diferencias transgeneracionales, o diferencias de paradigmas en la crianza. Aún hoy, con toda la evidencia científica a favor, están arraigados los conceptos de que “tanto” amor les va a hacer mal, que hay que frustrar y hacer llorar a los bebés, que tienen que curtirse para afrontar los momentos duros de la vida, y hacen dudar o cuanto menos hacer sentir mal a los padres y madres que se entregan incondicionalmente a amar a sus hijitos.
Cuando esto sucede, lo ideal sería poder subsanar las diferencias, porque si no, TODOS SALEN PERDIENDO.

Errores comunes de las suegras “infumables”:

  • ·         Subestimar la capacidad de sus hijos de aprender a ser madres o padres
  • ·         Creer que si no lo hacen como ellas (las suegras) creen que debe hacerse, ellos (su hijo y nuera) lo están haciendo MAL
  • ·         No cuestionarse si es que en realidad fueron ellos los que no tuvieron la información adecuada
  • ·         Priorizar su necesidad de ser tenidos en cuenta a la necesidad de la joven madre de ser ayudada.


Soluciones para dejar de ser suegra (o madre, amiga o tía) infumable:
·        

  •       Aceptar las diferencias de criterios. Por encima de cualquier desacuerdo debe existir el RESPETO.
  • ·         Aceptar que tu momento de criar ya ocurrió. Este es el momento de acompañar las decisiones tomadas por los hijos.
  • ·         Hacer el duelo: si descubriste que “hiciste todo mal”, que fuiste mal asesorada, que te perdiste horas, días, meses y años de mimos con tu hijo o hija, no vas a “desquitarte” con tu nieta/o. Este es su momento con su mamá y su papá, y es importante ayudar a que esta vez sí ocurra.
  • ·         Sincerarse con el ego: no vas a ser peor abuela si admitís que no entendés qué hace tu nuera. A lo mejor es una bella oportunidad para acercarse y emocionarse juntas. Dejar de competir y formar equipo.


Conclusión:
Si sos la suegra, lo mejor que podes hacer es aflojarte y acompañar el proceso.
Si sos la nuera, pedirle sincera y claramente la ayuda que necesitás, y aceptar que si no puede, no hay problemas, pero que por favor no te haga sentir mal con sus comentarios, no tenés energía para defenderte o discutirle.
Creo que una buena dosis de verdad acerca las emociones y permite un recorrido del proceso aceptando los roles, pero también posibilitando el sentir que se es nuevamente manada.

Ojalá puedan. 

domingo, 12 de mayo de 2013

¿Qué es el enfoque Pikleriano?


Crianza

¿Qué es el enfoque Pikleriano?

La respuesta a esta pregunta abre otras preguntas. ¿Se trata de un abordaje corporal del niño? ¿De una propuesta de crianza? ¿Se enfoca en el desarrollo motriz? ¿En el desarrollo emocional? ¿Educativo?

Podríamos comenzar por saber qué quiere decir “Pikleriano”.  Emmi Pikler fue una pediatra que se desempeñó en Hungría en el siglo pasado como médica familiar, hasta que comenzó a dirigir un orfanato. En la Hungría de la posguerra aparecieron cientos, miles de bebés de los que en muchos casos poco, o nada se sabía. Padres muertos en la guerra, hijos de enfermos de tuberculosis que preferían abandonarlos antes que someterlos al proceso cruel de su enfermedad. Esto fue una tragedia muy común en la posguerra y se abrieron muchísimos orfanatos en toda Europa. A diferencia de otras instituciones  de Europa del este de la posguerra, E.P. definió como una calidad de excelencia para la atención de los niños, la posibilidad de desarrollar en los niños el apego, aunque fuera un “apego institucional”.
Ella pautó que los bebés recibieran de manera imprescindible una atención privilegiada basada en la calidad del vínculo. Quizá una cuidadora se podría dedicar a cada niño sólo sesenta minutos de todo su turno de 8 hs con los 8 niños que cuidaba. Pero ese momento de exclusividad era de una calidad extraordinaria en la atención que el niño recibiría. Esto implicaba higienizarlo (o alimentarlo) con mucho cuidado, llevando a cabo las cuidadoras los movimientos diseñados por E.P. (casi como una coreografía) para que cada niño supiera siempre por dónde comenzaban a tocarlo, y de esta manera, él podía prepararse y participar activamente del momento. Esta atención exclusiva ponía énfasis en el niño y no en la cuidadora: “cómo te ha crecido el pelo”, “¡vaya, cómo estás jugando!”, “te gusta esta camisa, ¿verdad?” son ejemplos de comentarios que enriquecen el intercambio corporal entre cuidadora y bebé. El niño luego volvía al espacio de juegos lleno de esa experiencia y de referencias personales que le servían para construir un registro profundo y certero de su existencia, a pesar de no tener mamá.

 ¿Y cómo pasaban los niños el resto del día? En un espacio de juego, término que para los educadores clásicos debe ser traducido o reinterpretado. El espacio de juego no es un espacio de recreación, aunque para el adulto distraído eso parezca.

 El juego es en realidad, el trabajo del niño. No es lo que los adultos llamamos cómunmente juego, un “como si”. Para ellos jugar, ES. Y ese espacio de experimentación sólo puede ser realmente aprovechado cuando el niño, además de tener sus necesidades de supervivencia satisfechas, tiene también las emocionales y vinculares. En la casa cuna de la calle Lóczy los niños se la pasaban experimentando. Y ¡vaya si lo hacían! E.P. constató a través de múltiples observaciones (que más tarde devinieron en investigaciones de carácter único) que los niños desarrollaban su motricidad de manera personal, en una evolución constante y exquisita, en donde cada logro “corporal” era sólo la cara visible de la construcción del ser en su totalidad. Un niño que conoce muy bien dónde está, con quién, que no tiene ninguna preocupación, que es feliz, por el solo hecho de existir, que no siente que debe complacer a nadie, ni “portarse” de determinada manera, no tiene distracciones de su verdadero trabajo y sólo se ocupa de desarrollar su potencial al máximo.

PIkleriano significa entonces un gran conocimiento por parte del adulto de las etapas de desarrollo de un niño durante el periodo primal, en todos sus planos: emocionales, físico-fisiológicos, cognitivos. Y a su vez un enorme respeto por el desarrollo progresivo y personal, y el interés que cada niño manifiesta durante el mismo.

Pikleriano implica brindar un espacio en donde esto pueda ocurrir, sin obstaculizadores de ninguna clase. Ni en la vestimenta, ni en los elementos, muebles, juguetes (ni siquiera la vajilla), ni el entorno lumínico-sonoro.

Representa un adulto entendiendo el punto de vista del niño, un adulto que no procura obtener un resultado, sino que se enfoca en el interés y capacidades del niño y en su “aquí y ahora”.

Pikleriano a su vez no es dejar al niño hacer lo que desee mientras uno sea amable con él. También incluye la visión que el adulto tiene del niño. Brindar un encuadre de acción y de intercambio con pares  en donde desarrollar el potencial al máximo no signifique transitar caminos riesgosos, lastimarse o lastimar a otros.  La anticipación ante situaciones potencialmente peligrosas, y la asistencia al niño cuando las atraviesa (por ejemplo cuando aprende a subir y bajar las escaleras) sin interrumpirlo pero tampoco exponiéndolo a riesgos evitables.

Es orientar el potencial, no limitarlo.

Emmi Pikler pedía expresamente que no se hablara de “método”. Justamente porque “método” insinúa una serie de pasos que deben seguirse para obtener un resultado, muchas veces torciendo o desvirtuando la naturaleza de aquello que es “metodizado”.

En este caso es todo lo contrario: los resultados son en realidad pautas de observación de un proceso natural y fisiológico, que ocurre gracias a la maduración cerebral más las condiciones adecuadas (emocionales, vinculares, espaciales, etc.) para que esto ocurra.

Además de todo lo descripto, falta señalar un último detalle, que quizá debería ser el primero:

El placer, estado de alegría, interés e iniciativa con el que se ve a los niños simplemente vivir. Descubrir el mundo, regodearse en el desarrollo de sus propias destrezas por el simple placer de constatar lo que es un logro propio, con mérito auténtico de haberlo hecho uno mismo.

El placer es compartido por el adulto: porque éste ve el resultado de su trabajo en el rostro y competencias aumentadas del niño.

Es como si fueran socios: el adulto dice “yo estoy contigo mientras tú haces lo que necesitas y puedes para desarrollarte”. Y el niño dice “yo estoy muy tranquilo si me siento acompañado y al mismo tiempo nadie me exige nada y puedo dedicarle el tiempo que necesite para entender cómo funciono”. Y ambos se dicen “gracias, te felicito” al unísono.

Melina Bronfman es Musicoterapeuta, Terapeuta corporal (Eutonista) y Doula. Se capacitó en el Instituto Pikler Lóczy en 5 oportunidades accediendo a los módulos sobre educación y desarrollo 1 y 2, juego, límites sin violencia y enfoque familiar. Personalmente además descubrió que la metodología pedagógica coincide con lo conceptos que se intentan difundir: los participantes a los cursos suelen descubrir y ampliar su potencial. Con mucho placer.